Cantabria vive estos días sus picos de contagios más altos de toda la pandemia, lo que supone a su vez una gran carga de trabajo para los puntos PCR, que ayer hicieron en la comunidad 5.066 pruebas, muchas de ellas en el estadio del Racing de Santander, donde se produce un goteo incesante de test.

En la comunidad se ha cambiado el formato "tradicional" del 'coroauto', en el que se accedía en coche y al que estaban acostumbrados los cántabros, por una zona de pruebas en la que se transita a pie, y que estos días trabaja a destajo, como ha podido comprobar Efe.

Prácticamente día a día se está superando el número de pruebas realizadas en toda la región, al ser cada vez mayor el número de contagios. La semana pasada se hicieron un total de 29.000 test, el récord absoluto en toda la pandemia.

Para ello es indispensable el trabajo de los rastreadores, una plantilla que, además de la que ya dispone Cantabria, se ve reforzada con 120 militares, según han informado a Efe fuentes de la Consejería de Sanidad.

Celia, sanitaria encargada de introducir el a veces incómodo palo con algodón en la nariz de los posibles contagiados, reconoce que estas dos últimas semanas se ha notado una carga de trabajo extra respecto a lo que venía siendo normal.

En horario de 9.00 a 13.00 y de 15.00 a 19.00 horas, las bufandas y camisetas del Racing de Santander que desfilan por los vomitorios de los Campos de Sport de El Sardinero los fines de semana han dejado su lugar a los equipos de protección individual de los sanitarios que se dedican a hacer PCR y pruebas de saliva.

"La organización es buena y poco a poco va saliendo el trabajo", asegura en unas breves declaraciones a Efe Celia, quien no teme estar tan cerca del virus porque "es su trabajo y para eso están: echar una mano en lo que se pueda".

Según explica, van "lo más rápido" que pueden para que la gente no tenga que esperar y, sobre todo, para evitar aglomeraciones.

"Al estar 1 o 2 personas citadas por minuto, te queda la sensación de que no le dedicas el suficiente tiempo. La mayoría de la gente es superagradable y todos los compis les tratamos con el mayor cariño posible", señala.

Entre el goteo incesante de personas que se hacen la prueba, Laura y su madre afirman que es la segunda PCR que se hacen esta semana por un contacto estrecho, tras dar negativa la primera.

"Nos han llamado rápido después de que nos avisara el contagio y los rastreadores. El sistema ha funcionado bien. Un poco de miedo sobre todo por los familiares porque tener la duda de si puedes contagiar a otra persona siempre te hace ir con miedo", subraya.

A su juicio, es "mucho más cómodo" cuando la prueba se hace directamente en el coche, aunque éste se puede aparcar cómodamente en el amplio aparcamiento del estadio del club de fútbol.

De momento, por este punto se ve sobre todo a personas jóvenes, ya que las residencias de mayores, al contrario que en la primera ola, no se han visto de momento tan afectadas.

"Se están comportando bien", dijo ayer el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, en relación a los centros de dependencia.

En la actualidad hay una veintena de residencias con presencia del virus. En total, 42 usuarios están contagiados, de los cuales dos se encuentran hospitalizados, y otros tantos profesionales sociosanitarios también han dado positivo.

Wallmann explicó ayer que se está notando positivamente la dosis de recuerdo entre los usuarios de las residencias, cuyas cifras de ingreso son mucho más bajas que meses atrás.

La vacunación de los jóvenes es la otra nota positiva de esta sexta ola, puesto que nueve de cada diez de entre 12 y 19 años ya han recibido la pauta completa, mientras que un 34,3 % de los menores de 12 ya tiene la primer dosis. EFE

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