En su comparecencia de fin de año, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha generado controversia por la gestión de las preguntas de la prensa y la brevedad de su intervención. La rueda de prensa, que comenzó con más de una hora de retraso, duró apenas 50 minutos, en los que Sánchez se centró en elogiar las acciones de su gobierno, dejando la mayor parte de las preguntas de los periodistas sin respuesta.

La Secretaría de Estado de Comunicación solo permitió preguntas de seis medios específicos, lo que ha sido interpretado como una falta de transparencia y una restricción a la libertad de prensa. Los medios seleccionados incluyeron a El País, Servimedia, El Periódico de Catalunya, Infolibre y el diario Ara, una elección que ha suscitado críticas por considerarse parcial y favorable al Ejecutivo.

Este enfoque contrasta con las prácticas de los expresidentes Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, quienes solían responder a casi todas las preguntas en sus ruedas de prensa de fin de año. La breve duración de la comparecencia de Sánchez y la limitación en la selección de medios ha levantado cuestionamientos sobre su compromiso con la transparencia y la apertura.

Durante la rueda de prensa, temas cruciales como la amnistía y el procés no se abordaron, a pesar de la presencia de doble representación de la prensa catalana. En cambio, se discutieron temas como la propuesta de Alberto Núñez Feijóo para la mediación de la Comisión Europea en la renovación del CGPJ, el discurso del Rey, y el incidente protagonizado por Javier Ortega Smith de Vox, entre otros.

El presidente Sánchez también aprovechó la ocasión para criticar la actitud de la prensa hacia el PP y Vox, lo que ha sido interpretado por algunos como una intromisión en la independencia periodística. Esta actitud ya se había manifestado anteriormente en una entrevista con Susanna Griso, donde Sánchez cuestionó su manejo de una entrevista con José María Aznar.

Además, la comparecencia se vio apresurada debido a un viaje inmediato del presidente a Irak, lo que limitó aún más la interacción con la prensa. La selección previa de periodistas para acompañar a Sánchez en este viaje también ha sido motivo de disputa, siguiendo la tendencia de limitar el acceso de los medios a las actividades presidenciales.

Por último, Sánchez no mencionó la inminente moción de censura en Pamplona, donde los socialistas están a punto de entregar la alcaldía a Bildu, un tema de gran relevancia política que quedó fuera de la agenda de la rueda de prensa.

En resumen, la última comparecencia del año del presidente Pedro Sánchez ha dejado un sabor amargo entre la prensa y ha suscitado dudas sobre su disposición a mantener una relación abierta y transparente con los medios de comunicación.

Isabel Díaz Ayuso Confronta a Pedro Sánchez: Lo Etiqueta de "Comunista" y Critica su Apoyo Político

La Presidenta de Madrid ofrece un balance político del año desde la Puerta del Sol y desafía las políticas del Gobierno central

En un tono desafiante y directo, Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha lanzado una crítica contundente contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia en la Puerta del Sol. Ayuso ha resumido el balance político de 2023 afirmando que "un Gobierno de ultraizquierda ha tomado el poder para liquidar la Constitución". Sus palabras no solo representan una confrontación directa con el líder del Ejecutivo, sino también un desafío a las políticas implementadas por su gobierno.

Calificando a Sánchez como "un comunista", Ayuso ha censurado su dependencia del apoyo de "independentistas catalanes y vascos", a quienes acusa de cometer "los más graves delitos contra la vida, la libertad y la unidad de España". La presidenta madrileña ha expresado su preocupación por lo que considera un ataque a los principios constitucionales y democráticos del país.

En su crítica, Ayuso también ha señalado a los aliados de Sánchez, describiéndolos como una "amalgama de grupos de ultraizquierda". Ha enfocado su reprobación en su postura hacia el Rey Felipe VI, criticando su reacción a la defensa que el monarca hizo de la Constitución española.

Esta confrontación entre Ayuso y Sánchez pone de manifiesto las tensiones políticas actuales en España, reflejando un escenario donde las diferencias ideológicas se han intensificado. La presidenta de Madrid ha utilizado su comparecencia para presentar a la capital como un contrapunto a las políticas del Gobierno central, describiendo a Madrid como "luz y esperanza" frente a lo que ella percibe como una dirección problemática a nivel nacional.

La posición de Ayuso marca un punto de inflexión en el discurso político y podría augurar una mayor polarización y debate en el panorama político español. Con este tipo de declaraciones, se pone de manifiesto la importancia de la pluralidad de opiniones y el diálogo en una democracia, especialmente en un contexto de crecientes desafíos sociales y económicos.