El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha realizado una declaración institucional en el Palacio de la Moncloa para anunciar el reconocimiento formal del Estado palestino. Esta "decisión histórica", que será aprobada por el Consejo de Ministros, llega justo a tiempo para las elecciones europeas del 9 de junio, levantando sospechas de que se trate de una estrategia electoral.

Sánchez ha subrayado que este reconocimiento "no va en contra de Israel, un país amigo", sino que refleja un "rechazo total a Hamás", a la que calificó como una "organización terrorista que está en contra de la solución de dos Estados". El presidente ha insistido en que "no se trata de una decisión contra nadie", sino de un paso hacia la paz y la justicia en la región. 

La declaración de Sánchez se produce en un momento crítico, a pocos días de las elecciones al Parlamento Europeo, lo que ha generado acusaciones de propaganda electoral. La decisión, aunque significativa en el ámbito internacional, ha sido cuestionada por la forma en que se ha presentado: una declaración institucional sin la presencia de periodistas y sin posibilidad de preguntas, lo que ha alimentado las críticas de la oposición. 

Poco apoyo Internacional

España se suma a otros países como Irlanda y Noruega en este reconocimiento, convirtiéndose en uno de los 146 países que han reconocido a Palestina como Estado, incluidos once miembros de la Unión Europea. Sánchez ha reiterado su llamado a un "alto el fuego permanente, la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y la liberación de los rehenes que aún siguen en manos de Hamás".

Implicaciones para la Política Exterior

El reconocimiento del Estado palestino coloca a España en una posición delicada en la política exterior. Si bien refuerza su postura en favor de una solución pacífica y justa al conflicto, también pone a prueba las relaciones con Israel y otros aliados estratégicos. Sánchez ha insistido en que la decisión no afecta la amistad con Israel, pero las reacciones internacionales aún están por verse. La declaración de Pedro Sánchez sobre el reconocimiento del Estado palestino, a pocos días de las elecciones europeas, ha sido vista por muchos como un movimiento táctico para captar votos. La ausencia de periodistas en la declaración solo ha servido para intensificar las críticas sobre la transparencia y las verdaderas intenciones detrás de esta "decisión histórica". En un momento tan crucial, la política exterior se entrelaza peligrosamente con la agenda electoral, dejando a los ciudadanos y observadores internacionales atentos a las repercusiones de este controvertido anuncio.