El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha evitado la obligación de comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar su política migratoria, a pesar de que uno de sus socios en el gobierno, Junts per Catalunya, había votado a favor de la comparecencia. Este martes, durante la sesión de la Diputación Permanente en la Cámara Baja, fue la abstención del otro socio de Gobierno, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), lo que permitió a Sánchez evadir esta convocatoria.

La votación en el Congreso fue excepcionalmente reñida, llegando a repetirse en tres ocasiones. Finalmente, el resultado fue de 34 votos a favor, 34 en contra y una abstención. Con este empate, la solicitud para que Sánchez compareciera fue desestimada. Este desenlace permite que el presidente también eluda explicar otras cuestiones que habían generado interés parlamentario, como la fuga de Carles Puigdemont el pasado 8 de agosto o la postura oficial del Gobierno español ante el presunto fraude electoral en Venezuela. En todas las votaciones realizadas, la abstención de ERC fue determinante, mientras que Junts decidió tomar distancia de la estrategia de la coalición gubernamental y votó junto al Partido Popular (PP) y Vox.

En paralelo, el PP tampoco logró su objetivo de que la mayoría de la Diputación Permanente aprobara la comparecencia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para explicar los detalles de la financiación especial acordada para Cataluña. Durante el debate, tanto el PSOE como ERC defendieron el acuerdo, desmarcándose del concepto de "concierto económico" y asegurando que no implicará "privilegios" ni "agravios" respecto a otras comunidades. Además, garantizaron que se mantendrá la "solidaridad" de los catalanes con el resto del país.

En este contexto, la diputada socialista Patricia Blanquer expresó su satisfacción por el acuerdo alcanzado con ERC, que permitirá a Salvador Illa asumir la presidencia de la Generalitat de Cataluña. Según Blanquer, este pacto representa una "fórmula de mayor autogobierno". A pesar de las recientes tensiones entre el Gobierno central y el partido independentista por la financiación singular para Cataluña, este acuerdo parece indicar un acercamiento entre ambos.

La semana pasada, ERC había exigido al Gobierno que aclarara en qué consistiría la nueva financiación de la comunidad autónoma, mientras que Montero intentaba tranquilizar al resto de las autonomías asegurando que el trato no se asemejaría a un "concierto" como el que tienen Navarra y el País Vasco. En su intervención este martes, el PSOE insistió en que el acuerdo fiscal alcanzado no comprometerá la "solidaridad con el resto de las comunidades autónomas". Según Blanquer, "Donde algunos ven agravio y una amenaza, los socialistas vemos una oportunidad de diálogo y avance en la cohesión social y territorial de nuestro país".

Aunque Montero negó que el acuerdo con ERC implique un concierto económico, la diputada socialista destacó la importancia de este pacto para lograr una financiación singular para Cataluña, subrayando: "Ni España roba a Cataluña, ni Cataluña roba a España".