El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, se ha reunido en Roma con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con el objetivo de conocer de cerca las medidas implementadas en Italia para reducir la inmigración ilegal. Acompañado por Martin Hewitt, el exjefe de la policía que ahora lidera el recién creado Comando de Seguridad de Fronteras, Starmer busca entender cómo Italia ha logrado este resultado en tan poco tiempo.

"Italia ha logrado una drástica reducción de la inmigración ilegal y quiero entender cómo ha ocurrido", señaló Starmer tras su encuentro con Meloni. El premier también destacó el enfoque preventivo que Italia ha adoptado, trabajando directamente con los países de origen de los migrantes. "Siempre he pensado que la prevención y evitar que esta gente viaje desde sus países de origen es la mejor forma de tratar este asunto", añadió el mandatario británico.

Durante su visita, Starmer y Hewitt visitarán el Centro Nacional de Coordinación de la Inmigración, donde se les informará sobre la estrategia italiana de refuerzo en seguridad fronteriza y cooperación internacional, con un énfasis particular en la colaboración con Albania. Según las autoridades italianas, estas medidas han permitido reducir la inmigración irregular en un 60% en el último año.

Starmer también expresó su agradecimiento a Meloni por su liderazgo en el apoyo a Ucrania en su lucha contra Rusia, marcando el comienzo de lo que él describió como "una nueva era" en las relaciones entre Italia y el Reino Unido.

Respecto a si el Reino Unido adoptará un enfoque similar al de Italia en materia migratoria, Starmer no dio una respuesta directa. "Es aún muy pronto para saberlo", comentó cuando fue cuestionado sobre la posibilidad de emular las políticas italianas.

La visita de Starmer a Italia se produjo en un contexto trágico, ya que el incidente más reciente en el Canal de la Mancha, donde un bote con más de 50 personas se hundió, provocó la muerte de ocho inmigrantes. Este incidente eleva a 20 el número de fallecidos en lo que va de septiembre.

A pesar de estas tragedias, Starmer dejó claro que su Gobierno no adoptará "trucos" como el plan Ruanda, que había sido impulsado por su predecesor Rishi Sunak. En su lugar, señaló que su enfoque será atacar directamente a las bandas de tráfico humano. "Este Gobierno hará frente a las bandas de tráfico humano que negocian con las vidas de hombres, mujeres y niños a través de nuestras fronteras", enfatizó Starmer.

El nuevo jefe del Comando de Seguridad de Fronteras, Martin Hewitt, destacó la importancia de esta misión, afirmando que su objetivo es desmantelar las redes de tráfico de personas. "Durante demasiado tiempo, las bandas organizadas han sido capaces de enviar gente a Europa para sacar beneficios", comentó Hewitt. "Vamos a desmantelarlas y llevarlas ante la justicia".

A pesar de los esfuerzos por controlar la inmigración, la reunión de Starmer con Meloni ha generado fuertes críticas, tanto dentro como fuera del Partido Laborista. Algunos diputados han cuestionado si el premier está "buscando recibir lecciones de un Gobierno neofascista". Además, organizaciones como Amnistía Internacional y el UK Refugee Council han advertido sobre la posible adopción de "métodos drásticos" en el Reino Unido. La reciente mención del secretario de Exteriores, David Lammy, sobre la posibilidad de procesar las solicitudes de asilo en terceros países como Albania, ha sido una fuente adicional de preocupación dentro del partido.