La periodista María Jamardo ha expresado su indignación en X (antes Twitter) en respuesta a un artículo de opinión publicado por "El País", que vinculaba la actuación de Israel en el Festival de Eurovisión con sus acciones militares en Gaza. El titular del artículo, “Festival de Eurovisión: Israel canta en Malmö mientras mata en Gaza”, ha sido motivo de crítica por parte de Jamardo, quien ha calificado esta narrativa de *"sectarismo y agitación"*.

En una publicación cargada de *frustración, Jamardo argumentó que el enfoque del medio español no solo era inapropiado, sino también un claro ejemplo de "maltrato y discriminación por razón de raza y religión", comparando esta actitud con los horrores del nazismo. La periodista, conocida por su enfoque directo y a menudo sin concesiones, defendió a la joven concursante israelí de 20 años, cuya participación en Eurovisión ha sido ensombrecida por críticas cargadas de contexto político.

“Esto no es periodismo,” escribió Jamardo, señalando la falta de objetividad y la tendencia a la provocación que, según ella, ha caracterizado la cobertura del evento por parte de algunos medios. Sus palabras resuenan en un momento donde la línea entre reportaje y activismo parece cada vez más borrosa.

La publicación de Jamardo ha recibido una amplia respuesta en redes sociales, con múltiples usuarios debatiendo la responsabilidad de los medios en la representación de conflictos internacionales y su impacto en eventos culturales globales como Eurovisión. Mientras unos apoyan la perspectiva de Jamardo, otros argumentan que el periodismo tiene el deber de reflejar la realidad de las situaciones, aunque estas sean incómodas.

Este debate surge en un momento en que Eurovisión intenta mantenerse como un espacio de unidad y celebración cultural, a pesar de las tensiones geopolíticas que inevitablemente se filtran en el escenario global. La situación pone de relieve los desafíos que enfrentan los periodistas y medios al cubrir eventos de esta magnitud, donde la política y el entretenimiento se entrelazan de maneras complejas y a menudo polémicas.

Mientras el diálogo continúa, la comunidad internacional observa cómo se desarrollan estos eventos, esperando que la música pueda ser un puente sobre divisiones históricas y contemporáneas. El caso planteado por Jamardo servirá, sin duda, como un importante punto de referencia en discusiones futuras sobre ética periodística y reportaje en contextos de conflicto.

Esto no es periodismo. Es sectarismo y agitación. Lo que está soportando la concursante israelí, con 20 años, es el ejemplo más repugnante e impune de maltrato y discriminación por razón de raza y religión que se ha vivido desde el nazismo. pic.twitter.com/5g2ZrTKySY

— María Jamardo (@MariaJamardoC) May 11, 2024