La tensión en la península coreana alcanza un nuevo nivel luego de que Corea del Norte bombardeara el territorio surcoreano con basura y excrementos lanzados desde el aire mediante globos aerostáticos. Este acto es la respuesta del régimen comunista de Kim Jong-un al lanzamiento por parte de activistas de Corea del Sur de folletos sobre el Norte, denunciando los crímenes del régimen.

Según reporta la BBC, Pionyang empleó 260 globos para esparcir lo que se describió como "montañas de basura" sobre el territorio de Corea del Sur. Estos globos llevaban un cargamento que incluía excrementos, restos de zapatos, baterías, plásticos y otros desechos. Las autoridades surcoreanas emitieron una advertencia a la población para que permanezca en sus casas y evite tocar los cargamentos de basura que caigan a tierra.

Hasta el momento, se han encontrado restos del cargamento en ocho de las nueve provincias surcoreanas. Además, las fuerzas surcoreanas están investigando la posibilidad de que los globos también contengan propaganda de la dictadura comunista.

El régimen de Kim Jong-un había anticipado una respuesta a la campaña de activistas anti-norcoreanos, advirtiendo que tomarían medidas contra la "frecuente dispersión de folletos y otra basura". El viceministro de Defensa norcoreano, Kim Kang Il, declaró: "Montones de papel usado y basura pronto se esparcirán por las zonas fronterizas y el interior de la República de Corea y experimentará directamente cuánto esfuerzo se requiere para eliminarlos".

El Ejército de Corea del Sur ha tomado con seriedad esta acción hostil del Norte, calificándola como una amenaza grave para la seguridad del pueblo surcoreano. Anunciaron que Corea del Norte será totalmente responsable de las consecuencias derivadas de esta acción con los globos.