La reciente presencia de buques de guerra rusos en el Caribe ha generado una reacción significativa por parte de los Estados Unidos. La flota rusa, que incluye un submarino nuclear y una fragata lanzamisiles, se encuentra a tan solo 30 millas de la costa sur de Florida. Esta proximidad ha llevado al Pentágono a desplegar varios buques de guerra y aviones para seguir la trayectoria del submarino nuclear Kazán, la fragata Almirante Gorshkov, y dos buques logísticos en su ruta hacia el puerto cubano de La Habana, según informaron funcionarios del Pentágono al Miami Herald.

Estados Unidos ha denunciado que esta flotilla rusa está preparada para participar en ejercicios militares aéreos y navales en el Caribe. Sin embargo, la cancillería cubana ha negado esta afirmación, indicando que se trata de una "visita de cortesía sin fines militares" y que los buques no transportan armamento nuclear. A pesar de esto, el Ministerio de Defensa ruso confirmó que los buques están involucrados en maniobras militares en el océano Atlántico, aunque no especificó si estas actividades se extenderán a las aguas circundantes de Cuba.

El Pentágono ha asegurado que los buques no llevan armas nucleares, corroborando las declaraciones del canciller cubano, pero no descartan la posibilidad de que la fragata pueda transportar misiles hipersónicos. La Marina estadounidense ha estado vigilando los movimientos de los buques rusos mediante el despliegue de tres destructores y un avión de reconocimiento submarino. Los destructores desplegados son el USS Truxtun, el USS Donald Cook, y el USS Delbert D. Black.

Además, la Marina estadounidense ha movilizado el guardacostas Stone y un avión Boeing P-8 de vigilancia marítima para reforzar el monitoreo. A pesar de lo inusual de la presencia de buques de guerra rusos tan cerca de la costa estadounidense, el Pentágono ha descartado que la presencia de esta flota represente "una amenaza directa contra Estados Unidos."