El PSOE de Cantabria ha calificado de "extraordinario" el resultado obtenido en las elecciones europeas de este domingo. Sin embargo, la realidad de los números cuenta una historia diferente. El partido ha obtenido 20 diputados, uno menos que en los comicios de 2019, lo que contrasta significativamente con la narrativa optimista del secretario general del PSC-PSOE, Pablo Zuloaga, y la candidata cántabra, quien no logró un escaño.

Zuloaga ha felicitado a Pedro Sánchez y a Teresa Ribera por el resultado, destacando que el PSOE ha ganado en municipios como Torrelavega, Castro Urdiales, Astillero y Suances. Sin embargo, este resultado no es suficiente para ocultar la pérdida de un diputado y el descenso en porcentaje de votos. La afirmación de que esto refleja un buen trabajo de los socialistas en Cantabria parece más una estrategia de salvamento que una celebración genuina.

El discurso de Zuloaga y Abascal se centró en frenar el avance de la extrema derecha en Europa, señalando la preocupación por el auge de fuerzas populistas, xenófobas y machistas. Sin embargo, esta retórica parece ser un intento de desviar la atención de la pérdida de apoyo que el partido ha sufrido. La extrema derecha, representada por partidos como Vox, ha incrementado su presencia, lo que sugiere que el discurso del miedo promovido por el PSOE no ha sido suficientemente efectivo para movilizar a sus bases.

Lo que tenemos que seguir haciendo los progresistas de Cantabria, España y Europa es poner pie en pared al discurso populista, xenófobo, antieuropeísta y machista de la derecha y la extrema derecha.

🌹@Pablo_Zuloaga y @silvisaes este #9J.

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— PSOE Cantabria (@PSOECantabria) June 9, 2024

Realidades de la Jornada Electoral

Durante su intervención en la sede del PSOE de Cantabria, Zuloaga elogió a los más de mil compañeros que actuaron como interventores y apoderados, subrayando la "grandeza" del partido. Sin embargo, estas palabras contrastan con los hechos: el PSOE no solo ha perdido un diputado en el Parlamento Europeo, sino que también enfrenta un contexto político donde la confianza en su liderazgo está en declive.

Abascal, por su parte, celebró el hecho de haber conseguido 20 eurodiputados, a pesar de que "nos daban por muertos". Este enfoque positivo ignora convenientemente que el PSOE no logró mejorar su posición, y que la narrativa de haber "llegado" parece un intento de minimizar la realidad de una pérdida tangible en escaños y porcentaje de votos. 

La respuesta del PSOE cántabro a estos resultados parece más una maniobra de control de daños que una celebración de un éxito electoral. Mientras el partido habla de frenar a la extrema derecha, la realidad muestra que no han logrado incrementar su apoyo ni mantener su representación anterior. El enfoque en la "amenaza" de la extrema derecha y la celebración de intervenciones locales no puede ocultar el hecho de que el PSOE está perdiendo terreno en el escenario político europeo. La verdadera prueba para el partido será si pueden traducir sus palabras en acciones efectivas y recuperar la confianza de sus votantes en las próximas elecciones.