El río Nansa, cuyas aguas nacen en el imponente macizo de Peña Labra, inicia su recorrido de 46 kilómetros alimentando las riberas y las antiguas ferrerías a lo largo de su curso. Su trayectoria culmina de manera majestuosa al desembocar en la pintoresca ría de Tina Menor, formando así un hermoso estuario que añade un encanto único a la región. Entre las rías de Tina Menor, donde desemboca el Nansa, y Tina Mayor, por donde fluye el río Deva, se extiende la península de Pechón. Este tramo costero, en el límite con Asturias, alberga algunas de las playas más hermosas de la zona y, sin duda, merece ser preservado como un tesoro oculto de la región.

Para llegar a Pechón, se puede acceder fácilmente desde la A-8 por Pesués o desde la localidad de Unquera, lo que permite a los visitantes adentrarse en este fascinante paraje. Una vez en la península, el mirador de Tina Menor ofrece una vista panorámica espectacular de la desembocadura del río Nansa, honrando la labor de los pescadores locales con una estatua emblemática que se alza sobre el horizonte.

El pueblo de Pechón, con sus pintorescas calles empedradas y su iglesia histórica, invita a los visitantes a dar un paseo relajante mientras disfrutan del encanto de la vida rural. Sin embargo, son las playas las que se roban el protagonismo en esta región. La playa de Amió, con su extensa lengua de arena y su pequeño islote rocoso, es un lugar perfecto para relajarse y disfrutar del sol y el mar. El Chiringuito de Olgui, ubicado en esta playa, ofrece delicias culinarias que deleitan a los paladares más exigentes, como su famosa tortilla de patata.

Otras playas como la del Sable, la de Arama y la del Predreru ofrecen paisajes igualmente impresionantes y una atmósfera más tranquila, ideales para los amantes de la naturaleza en estado puro. Además, los visitantes tienen la oportunidad de explorar las islas Sarnosa y Las Arenas, así como el enigmático castillo de Berón, que se alza majestuoso sobre un promontorio rocoso y parece sacado de un cuento de hadas.

En cuanto a opciones gastronómicas y de alojamiento, Pechón cuenta con una amplia variedad de establecimientos donde los visitantes pueden disfrutar de la deliciosa cocina local y descansar en un ambiente acogedor. Desde el restaurante del hotel Tinas de Pechón hasta la Parrilla El Fogón y el Mesón El Castril, hay opciones para todos los gustos. Y para aquellos que buscan una experiencia más cercana a la naturaleza, el glamping Kampaoh Las Arenas ofrece alojamiento en tiendas de campaña con vistas espectaculares al mar.

En resumen, la Península de Pechón es un auténtico paraíso que invita a los viajeros a descubrir sus tesoros ocultos y a sumergirse en la belleza de su entorno natural. Con playas vírgenes, encantadores pueblos y una exquisita gastronomía, esta región ofrece una experiencia inolvidable para aquellos que buscan escapar del bullicio y conectar con la naturaleza en su estado más puro.