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El Diario de Cantabria

SUCESOS

Una intervención rutinaria se convierte en una persecución trepidante y detención en las calles de Santander

Una intervención rutinaria de la Policía Local se transforma en una persecución trepidante que pone en riesgo la seguridad vial y desvela la resistencia desafiante de un infractor reincidente.

 

La Policía Local de Santander por la calle Juan de Herrera. / ALERTA
La Policía Local de Santander por la calle Juan de Herrera. / ALERTA
Una intervención rutinaria se convierte en una persecución trepidante y detención en las calles de Santander

El pasado jueves, las tranquilas calles de Santander se convirtieron en el escenario de una persecución policial que evocó escenas propias de un thriller cinematográfico. Todo comenzó a las 18:15 horas, cuando miembros de la Policía de Santander acudieron a la Calle La Gloria tras recibir un requerimiento acerca de un turismo estacionado sobre la acera. Lo que parecía ser una intervención rutinaria pronto se transformó en una operación cargada de tensión y adrenalina.

Mientras los agentes confeccionaban el boletín de denuncia y se disponían a iniciar la retirada del vehículo con la grúa municipal, un hombre, de 59 años, se personó en el lugar, abrió el vehículo y, desafiando toda autoridad, comenzó a circular marcha atrás con la intención de incorporarse al tráfico. Los agentes, atónitos, realizaron continuas indicaciones para que se detuviese, pero el hombre hizo caso omiso y emprendió la marcha en dirección a la Calle La Albericia, obligando a uno de los agentes a apartarse para evitar ser atropellado.

Ante esta peligrosa situación, los agentes iniciaron una persecución por varias calles. El infractor, en un acto de total temeridad, ignoró repetidamente las órdenes de los agentes para detenerse, poniendo en grave riesgo la seguridad vial. Finalmente, fue interceptado en la Calle Los Barbajos, en confluencia con la Calle La Tesilla, donde se procedió a su identificación. Resultó ser un varón de 59 años de edad. Al solicitarle la realización de la prueba de alcoholemia, el hombre se negó reiteradamente, lo que agravó aún más su situación.

Las diligencias judiciales fueron inmediatamente instruidas por dos supuestos delitos: uno de desobediencia grave y otro contra la seguridad vial, concretamente por negativa a someterse a las pruebas de detección alcohólica. El vehículo fue retirado por una grúa urbana al Depósito Municipal de Ojaiz.

Este episodio de desobediencia y desafío no fue un caso aislado en las jornadas recientes. A las 21:00 horas del mismo jueves, en la Calle Repuente, otro incidente de gravedad tuvo lugar. Un turismo colisionó con una motocicleta, resultando herido el motorista, un varón de 31 años de edad, quien fue trasladado por una ambulancia del 061 al Hospital de Valdecilla. La prueba de alcoholemia realizada al conductor del turismo, un varón de 64 años, resultó positiva, superando en más del triple la tasa permitida. Se instruyeron las diligencias judiciales por un supuesto delito contra la seguridad vial.

Asimismo, a las 21:45 horas, en la Avenida Pedro San Martín, un ciclomotor cayó al suelo, resultando herido su conductor, un varón de 19 años de edad. Fue auxiliado y trasladado al Hospital de Valdecilla por una ambulancia del 061.

Estos incidentes ponen de relieve la vital importancia de los controles preventivos y la vigilancia constante por parte de nuestras fuerzas de seguridad para garantizar la seguridad en nuestras calles. Cada intervención, cada control, es un eslabón en la cadena de protección que preserva la vida y el bienestar de los ciudadanos.

En este contexto, las acciones decididas y valientes de los agentes de la Policía Local de Santander deben ser reconocidas y aplaudidas, no solo por su profesionalismo y coraje, sino también por su compromiso inquebrantable con la seguridad de nuestra comunidad. Las jornadas de los días 16 y 17 de mayo de 2024 serán recordadas como testimonio de la incansable labor y el sacrificio diario de quienes velan por nuestra seguridad, enfrentándose a situaciones de extrema gravedad con una determinación y valentía ejemplares.

Una intervención rutinaria se convierte en una persecución trepidante y detención en las calles de Santander
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