Tras la exitosa Ruta del Cares, la Senda del Oso ha ganado notoriedad como una ruta accesible y fascinante para los amantes de la naturaleza, así como para las familias que desean disfrutar de un día al aire libre. Con un recorrido total de 48 kilómetros, la ruta se divide en tramos que permiten adaptarla a diferentes niveles de experiencia y condiciones físicas. En este artículo, nos centraremos en el tramo de unos 18 kilómetros que abarca los concejos de Proaza y Teverga, una sección ideal para disfrutar en familia, tanto a pie como en bicicleta.

Origen e historia

Aunque hoy en día la Senda del Oso es famosa por la oportunidad de observar a los osos pardos en su entorno, su historia comienza con una vía férrea que transportaba carbón desde los concejos de Proaza y Teverga hasta Trubia. Esta línea ferroviaria, activa hasta 1964, dejó de funcionar cuando las minas se agotaron. Sin embargo, la historia de la ruta no terminó allí. En 1995, un primer tramo de seis kilómetros, entre el área recreativa de Tuñón y Proaza, fue inaugurado como senda ciclosenderista. Este primer paso marcó el comienzo de la transformación de la antigua vía en una popular ruta para ciclistas y senderistas. Cuatro años después, en 1999, se completó el último tramo, creando el recorrido actual.

El cercado de los osos

Uno de los principales atractivos de la Senda del Oso es el cercado donde viven Paca y Molina, los únicos osos pardos cantábricos puros en cautividad en España. Este cercado está situado en una superficie de monte de aproximadamente cuatro hectáreas, entre los pueblos de Villanueva y Proaza. Aquí, los osos viven en semilibertad, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de verlos en un entorno que se asemeja a su hábitat natural.

Anteriormente, la única forma de ver a los osos era durante las horas de alimentación, pero ahora es posible observarlos a cualquier hora del día. Nuestra visita al cercado a las 11 de la mañana nos permitió ver a los osos en plena actividad, lo que resultó ser una experiencia emocionante para los niños. No obstante, es importante tener en cuenta que los osos entran en hibernación desde finales de noviembre hasta principios de marzo. Durante este período, permanecen en sus oseras y solo pueden salir ocasionalmente, por lo que la observación de los osos es menos probable durante estos meses.

La ruta en bicicleta

Desde el cercado, decidimos comenzar nuestro recorrido en bicicleta. La zona de Proaza ofrece opciones convenientes para aparcar, ya sea en el pueblo o en el área recreativa de Buyera, que cuenta con aparcamiento, cafetería, zona de juegos y mesas. Para aquellos que no disponen de bicicletas, hay varias empresas de turismo activo en la región que ofrecen alquiler de bicis, así como sillas para niños.

La Senda del Oso en bicicleta es una opción ideal para las familias. El trayecto completo desde Proaza hasta Entrago en Teverga puede llevar más de tres horas, especialmente con niños. En nuestra experiencia, nos tomó más tiempo debido a la necesidad de hacer varias paradas. Sin embargo, comenzar el recorrido en Entrago, en lugar de Proaza, puede ser una alternativa más cómoda para las familias con niños pequeños, ya que la ligera pendiente en esa dirección facilita el trayecto.

Un aspecto destacado de la ruta es el paisaje. A lo largo del recorrido, se pueden disfrutar vistas impresionantes y explorar más de 30 túneles que añaden un toque mágico a la aventura. Aunque algunos túneles están iluminados, la pista dentro de ellos puede ser un poco irregular, por lo que es necesario tener precaución. Además, hay tramos donde la senda se cruza con la carretera, por lo que se recomienda mantener a los niños cerca de los adultos para garantizar su seguridad.

Un toque cultural: La Colegiata de San Pedro de Teverga

Aunque la Senda del Oso finaliza en Cueva Huerta, la visita a la capital de Teverga, La Plaza, es una excelente manera de concluir el recorrido. A menos de dos kilómetros de la Senda del Oso se encuentra la Colegiata de San Pedro de Teverga, una iglesia del siglo XI que es un destacado Bien de Interés Cultural. La colegiata conserva elementos del Prerrománico y del Románico, ofreciendo una visión fascinante de la historia arquitectónica de la región.

Uno de los rasgos decorativos más notables de la Colegiata es la escultura del Cristo crucificado, datada en el siglo XIII y situada en la capilla mayor. Además, el museo de la Colegiata alberga cadáveres momificados del Marqués de Valdecarzana y su hijo Pedro de Miranda, abad de la Colegiata desde 1690 hasta 1720. Las visitas al interior de la iglesia se realizan en horarios establecidos durante la temporada alta y con cita previa el resto del año.

Una experiencia familiar inolvidable

La Senda del Oso es, sin lugar a dudas, una de las experiencias más divertidas y completas para disfrutar en familia en Asturias. La combinación de un paisaje impresionante, la oportunidad de observar osos en su entorno natural y la posibilidad de recorrer la ruta en bicicleta hacen que esta senda sea una opción muy atractiva. La flexibilidad para adaptar el recorrido según la edad de los niños y el ritmo de la familia permite que la ruta sea accesible y disfrutable para todos.

Recomendamos encarecidamente la Senda del Oso para aquellos que buscan una actividad al aire libre que combine naturaleza, historia y diversión. La experiencia de recorrer la senda en bicicleta, explorar los túneles y disfrutar del entorno natural ofrece una jornada memorable para toda la familia. Además, la visita a la Colegiata de San Pedro de Teverga añade un toque cultural que completa la experiencia. En resumen, la Senda del Oso es una opción ideal para una salida familiar en Asturias, y sin duda, ¡repetiremos la visita en el futuro!