La compleja y, en muchos aspectos, enigmática relación entre Isabel Pantoja y Encarna Sánchez sigue siendo un tema de interés más de dos décadas después de la muerte de la icónica locutora. Un reciente libro titulado ‘Encarna en Carne Viva’, escrito por Juan Luis Galiacho y Pedro Pérez, revela detalles desconocidos sobre las últimas horas de vida de Encarna y la inesperada intervención de Isabel en esos momentos finales.

Isabel Pantoja: Entre la preocupación y la distancia

Aunque Isabel Pantoja y Encarna Sánchez terminaron su relación en términos abruptos y sin dirigirse la palabra, el libro desvela que la tonadillera no pudo ignorar el estado crítico de quien fue, en algún momento, más que una amiga. Según el relato, Pantoja realizó tres llamadas en los días finales de Encarna, mostrando una preocupación que sorprendió a muchos, dado el distanciamiento entre ambas.

En dos ocasiones, Isabel se comunicó para preguntar sobre la salud de Encarna, quien ya se encontraba gravemente enferma debido a un cáncer que la estaba consumiendo rápidamente. La locutora, según el libro, estaba en un estado de salud muy deteriorado: vomitaba con frecuencia, había perdido el apetito, su cabello caía y su deterioro físico era evidente, aunque su mente permanecía lúcida hasta el final.

La última llamada: El dilema del tanatorio

El 5 de abril de 1996, día en que Encarna Sánchez falleció, Isabel Pantoja hizo una tercera llamada, esta vez para preguntar si debía acudir al tanatorio. Fue su productora, María Navarro, quien contactó con Pedro Pérez, que estaba presente en el lugar. Aunque le informaron que Isabel era libre de asistir si lo deseaba, también le advirtieron que fotógrafos estaban apostados en la puerta y que Nuria Abad, la persona más cercana a Encarna en sus últimos días, estaba visiblemente afectada.

Ante esta situación, Isabel y María decidieron no acudir. "Puff, entonces yo creo que es mejor que no vayamos. Rezaremos por su eterno descanso...", dijo Navarro en la llamada. Aunque la preocupación de Isabel por Encarna era evidente, la presión mediática y las heridas del pasado pesaron más, y la tonadillera optó por no enfrentar ese último adiós.

Una relación marcada por el misterio

El libro ‘Encarna en Carne Viva’ revela que, aunque Isabel Pantoja no acudió al tanatorio, las llamadas que realizó en los últimos días de Encarna son un testimonio de la complejidad de su relación. Una relación que, pese a las disputas y la distancia, dejó una huella profunda en ambas mujeres.

El adiós final que nunca ocurrió entre Isabel y Encarna ha quedado envuelto en un halo de misterio, con especulaciones sobre los verdaderos sentimientos que ambas guardaban. Lo que está claro es que, incluso en la muerte, los lazos que compartieron no se rompieron del todo, y la memoria de su relación sigue viva, alimentada por los detalles que siguen saliendo a la luz.

El último adiós de Encarna Sánchez

Encarna Sánchez falleció el 5 de abril de 1996, Viernes Santo, en su casa de La Moraleja. Según los autores del libro, la locutora eligió, consciente o no, un día significativo para despedirse, lo que refleja su carácter especial y simbólico. Su muerte, lejos de ser tranquila, estuvo rodeada de caos y nerviosismo entre quienes la acompañaban, mientras que Isabel Pantoja, desde la distancia, optaba por rezar en silencio por el alma de quien alguna vez fue su gran amiga.

La historia de estas dos grandes figuras del entretenimiento español sigue despertando fascinación, y libros como ‘Encarna en Carne Viva’ nos recuerdan que, aunque el tiempo pase, los enigmas de su relación perduran, alimentando el mito y la leyenda que rodea a Isabel Pantoja y Encarna Sánchez.