En la madrugada del pasado viernes al sábado, el Masters 1000 de Cincinnati fue escenario de uno de los incidentes más polémicos en el mundo del tenis reciente. El enfrentamiento entre Jack Draper y Félix Auger-Aliassime terminó en controversia cuando una decisión arbitral cuestionable otorgó el partido al británico Draper. En un momento crítico del encuentro, Draper ejecutó una volea que, tras golpear en su propia raqueta, botó en su campo y luego pasó al campo rival. Lo que parecía un punto claro para Auger-Aliassime fue inesperadamente concedido a Draper por el árbitro Greg Allensworth como "punto, set y partido", desatando un alboroto en el mundo del tenis.

Este episodio ha generado una ola de reacciones entre los jugadores del circuito, pero ninguna tan significativa como la de Novak Djokovic, actual número 2 del mundo. A través de sus redes sociales, Djokovic criticó duramente a la ATP por la falta de tecnología y reglas adecuadas para manejar este tipo de situaciones en la cancha.

"Es vergonzoso que no tengamos una repetición en vídeo para este tipo de situaciones en la cancha", declaró Djokovic, destacando la falta de un sistema que permita la corrección de decisiones arbitrales basadas en una revisión en vídeo. "Lo que es aún más ridículo es que no dispongamos de la regla que permita al juez de silla modificar la decisión inicial basándose en una revisión en vídeo que se ve fuera de la pista", añadió el serbio, subrayando la necesidad urgente de cambios en las regulaciones del tenis.

It’s embarrassing that we don’t have video replay of these kind of situations on the court. What’s even more ridiculous is that we don’t have the rule in place that would allow chair umpires to change the original call based on the video review that happens off the court!… https://t.co/MQsmqpTmXK

— Novak Djokovic (@DjokerNole) August 17, 2024

El incidente en Cincinnati ha reavivado el debate sobre la modernización de las reglas en el tenis. Aunque el Ojo de Halcón se ha convertido en una herramienta indispensable para las decisiones sobre las líneas, Djokovic cuestiona por qué la tecnología no se aplica también en situaciones como la que se vivió en el partido entre Draper y Auger-Aliassime. "Vivimos en un siglo XXI tecnológicamente avanzado, pero en la cancha de tenis parece que estamos en la oscuridad", afirmó el serbio, expresando su frustración por la falta de avances en este ámbito.

El llamado de Djokovic a la ATP es claro: "Por favor, dirigentes del circuito ATP, asegúrense de que esta tontería no vuelva a suceder". Con esta declaración, Djokovic no solo denuncia la decisión específica del partido en Cincinnati, sino que también aboga por una reforma en las reglas del tenis que permita a los jugadores y árbitros utilizar la tecnología disponible para asegurar la justicia en el juego.

El escándalo ha suscitado una gran cantidad de comentarios en las redes sociales. Jugadores como Nick Kyrgios, Stefanos Tsitsipas y Denis Shapovalov también han expresado su opinión, pero la voz de Djokovic resuena con mayor autoridad, dada su posición en el circuito y su historial como uno de los tenistas más exitosos de la historia.

Este incidente pone de manifiesto una brecha entre el avance tecnológico y su aplicación en el tenis profesional. Mientras otros deportes, como el fútbol o el baloncesto, han integrado revisiones en vídeo para corregir errores arbitrales, el tenis sigue dependiendo en gran medida de las decisiones instantáneas de los árbitros, sin la posibilidad de rectificación en situaciones críticas como la vivida en Cincinnati.

Djokovic, conocido por su enfoque meticuloso y su deseo de mejorar constantemente tanto en su juego como en el entorno del deporte, no ha dudado en utilizar su plataforma para exigir cambios. Su intervención sugiere que el problema no radica solo en una mala decisión arbitral, sino en un sistema que no ha evolucionado al ritmo de la tecnología disponible.

La reacción de la ATP a estas declaraciones será crucial. Si bien la organización ha implementado el Ojo de Halcón para las decisiones sobre las líneas, la demanda de Djokovic sugiere la necesidad de un enfoque más amplio que incluya la revisión en vídeo de jugadas controvertidas. Esto podría marcar el inicio de una nueva era en el tenis, donde la tecnología desempeñe un papel aún más central en la búsqueda de la equidad y la precisión en el deporte.

El escándalo de Cincinnati podría, por tanto, ser un punto de inflexión para el tenis. La presión de jugadores de alto perfil como Djokovic podría llevar a la ATP a reconsiderar sus políticas actuales y a explorar nuevas formas de integrar la tecnología en la toma de decisiones en la cancha. Como Djokovic enfatizó en su mensaje, "Que esta tontería no vuelva a suceder", el tenis debe avanzar para estar a la altura de las expectativas tecnológicas y deportivas del siglo XXI.