El mundo del tenis se vio sacudido el martes 20 de agosto tras revelarse que Jannik Sinner, el actual número uno del mundo, había dado positivo en dos ocasiones por la sustancia prohibida clostebol durante los torneos de Indian Wells y Miami. A pesar de la gravedad del caso, la Unidad de Integridad del Tenis (ITIA) decidió no suspender al jugador, considerando que la presencia de la sustancia en su organismo fue involuntaria.

El clostebol, un esteroide anabólico vetado en el deporte, se introdujo en el cuerpo de Sinner a través de un spray aplicado sobre una herida por su fisioterapeuta, Giacomo Naldi. Este hecho fue confirmado por el propio Sinner y su equipo en un comunicado. Como resultado, Sinner ha perdido los puntos y el dinero obtenidos en esos torneos, aunque no enfrentará una suspensión, un desenlace que ha generado controversia en el circuito.

Darren Cahill, el entrenador de Sinner, ofreció una entrevista a ESPN en la que defendió vehementemente la integridad de su pupilo. "Jannik nunca haría algo así de manera intencional. Es una situación desafortunada, pero la verdad salió a la luz", expresó Cahill, subrayando que todo fue un accidente y que no hubo intención alguna de mejorar el rendimiento de manera ilícita.

Cahill también explicó que la razón por la cual Sinner pudo continuar compitiendo, a pesar de la suspensión provisional, fue que lograron identificar con precisión el incidente y presentar pruebas contundentes, incluyendo facturas de la compra del spray en Italia. Esta información fue crucial para que la ITIA entendiera que no hubo ninguna premeditación en el uso de la sustancia.

El caso ha generado opiniones divididas dentro del mundo del tenis. Jugadores como Nick Kyrgios y Denis Shapovalov han criticado lo que perciben como un "trato diferente" hacia Sinner, sugiriendo que otros jugadores habrían enfrentado sanciones más severas en circunstancias similares. Sin embargo, Cahill insistió en que no buscan dar pena ni justificar lo ocurrido, sino que se sienten agradecidos de que no haya una sanción que pudiera afectar gravemente la carrera de Sinner.

Para cerrar, Cahill mencionó que lejos de haber obtenido una ventaja en su rendimiento, el episodio tuvo un efecto adverso en la salud y el juego de Sinner. "No hubo ninguna mejora en su juego, sino todo lo contrario. Lo desgastó física y mentalmente, tuvo amigdalitis y se perdió los Juegos Olímpicos", concluyó el australiano, poniendo fin a una situación que, aunque exenta de suspensión, ha dejado una marca en la reputación del joven tenista.