"A buen entendedor, pocas palabras bastan." Así se podría resumir la última noche de las fiestas de Torrelavega. Los fuegos artificiales, esa tradición que nunca pasa de moda, volvieron a llenar el cielo de color, imaginación y sonido, marcando el gran colofón de La Patrona 2024. Miles de personas, como es costumbre, se reunieron en diferentes puntos de la ciudad para disfrutar de un espectáculo pirotécnico que no dejó indiferente a nadie.

A las 10:30 de la noche, los primeros destellos iluminaron la oscuridad, y durante un cuarto de hora, Torrelavega se transformó en un lienzo donde las piruetas luminosas dibujaron formas que arrancaron aplausos y suspiros. "En agosto, con el sol a fuego, no hay pereza en el juego," y así lo demostraron los habitantes y visitantes de la ciudad, que no quisieron perderse ni un solo segundo de este evento que, a pesar de los años, sigue despertando esa magia especial de las noches de verano.

Seguridad ante todo, pero con menos emoción

Sin embargo, no todo fue como antaño. Debido a medidas de seguridad, el espectáculo tuvo que desplazarse al Bulevar Ronda, cerca del pabellón de Nueva Ciudad. Aunque la decisión fue acertada desde el punto de vista técnico, muchos asistentes comentaron que la emoción y el fervor no fueron los mismos que cuando los fuegos artificiales se lanzaban más cerca del centro urbano. "No hay mal que por bien no venga," pero lo cierto es que la distancia enfrió un poco los aplausos que antes resonaban con fuerza en cada rincón de la ciudad.

Puntos de reunión y nostalgia en el aire

A pesar de ello, Torrelavega no se dejó vencer por la nostalgia. Familias, grupos de amigos, parejas... todos se repartieron por las mejores ubicaciones: el recinto ferial de El Zapatón y las avenidas Cantábrico y Fernando Arce fueron los puntos de mayor concentración. Desde allí, los espectadores pudieron disfrutar del espectáculo pirotécnico que, aunque más lejano, no perdió un ápice de belleza.

"Lo que bien acaba, bien está," y así cerró Torrelavega su semana grande, con una noche de fuegos artificiales que, aunque diferente, sigue siendo el broche de oro a unas fiestas multitudinarias. La Patrona 2024 se despide con el brillo de las luces en el cielo y la promesa de volver el próximo año con más fuerza.