La ganadería cántabra enfrenta un nuevo desafío este septiembre con la rápida propagación de la enfermedad hemorrágica epizoótica. En los primeros días del mes, 433 animales han sido afectados por esta dolencia, y 42 de ellos han fallecido, una cifra alarmante que preocupa al sector ganadero de la región.

Desde la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, su titular, Pablo Palencia, ha asegurado que, aunque la situación es delicada, “el impacto este año es menor que en 2023”, gracias a las medidas preventivas adoptadas y a la aceleración del proceso de vacunación. Según los datos, 593 animales han sido afectados en lo que va del año, de los cuales 70 han perdido la vida.

La enfermedad ha golpeado principalmente a seis comarcas ganaderas de Cantabria, con 19 ayuntamientos directamente afectados. Entre las áreas más perjudicadas están San Vicente de Toranzo, Cabezón de la Sal, Los Corrales de Buelna, Nestares, Torrelavega y Villacarriedo. Municipios como San Pedro del Romeral, Vega de Pas, Comillas, Anievas, Valderredible y Suances están en el epicentro de la crisis, viendo cómo sus explotaciones ganaderas son cada vez más vulnerables.

El consejero ha señalado que ya 556 explotaciones están siendo vacunadas, lo que representa un esfuerzo coordinado entre el gobierno regional y los ganaderos para contener la expansión de la enfermedad. Palencia subrayó la importancia de “continuar con el proceso de inmunización en toda la región”, ya que “sin estas medidas, la incidencia de la enfermedad sería mucho mayor”.

A pesar de los esfuerzos, los ganaderos no ocultan su preocupación. La enfermedad hemorrágica epizoótica, que afecta principalmente al ganado vacuno y ovino, provoca fiebres altas, letargo y hemorragias internas, lo que la convierte en una amenaza letal si no se detecta y trata a tiempo. Aunque la mortalidad este año parece haber disminuido, la incertidumbre sobre el futuro persiste.

Cantabria ha sido testigo de cómo esta enfermedad ha afectado su sector primario, generando inquietud entre los productores, quienes piden más apoyo institucional. Con la llegada del otoño y la posibilidad de nuevas oleadas de contagios, el gobierno regional se enfrenta al reto de garantizar que el impacto en la ganadería siga bajo control.

El compromiso de las autoridades con la vacunación y las estrategias preventivas se ha hecho evidente, pero para muchos ganaderos, la recuperación será lenta y dependerá de que se mantenga la presión sobre la enfermedad. Cantabria, una región históricamente ligada a su ganadería y al campo, lucha por sobreponerse a una crisis que amenaza con dejar una huella profunda en su economía y su paisaje rural.

"No podemos bajar la guardia", advirtió Palencia. “El virus sigue presente y debemos continuar con la vacunación y las medidas de control”, concluyó, dejando claro que, aunque se han logrado avances, la batalla contra la enfermedad hemorrágica epizoótica está lejos de terminar.