En un mes de julio marcado por retos, Cantabria ha demostrado una vez más su fortaleza en el panorama turístico español. Aunque las pernoctaciones en establecimientos hoteleros registraron un ligero descenso del 4% en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando las 453.658 noches, la región continúa ocupando un lugar privilegiado en la serie histórica, siendo este el cuarto mejor dato en un mes de julio. Esta caída moderada no opaca el hecho de que Cantabria sigue siendo un destino de referencia.

Los hoteles cántabros recibieron un total de 184.363 viajeros, un 8,06% menos que en julio de 2023. Sin embargo, el análisis más detallado revela tendencias interesantes. Mientras que los turistas nacionales, que representan el 74,72% del total, disminuyeron en un 13,6%, los visitantes extranjeros crecieron en un notable 13,6%, consolidando a Cantabria como un destino cada vez más atractivo para el mercado internacional.

El mercado interno aún es el motor principal del turismo en Cantabria, con 361.460 pernoctaciones de residentes en España, un 79,68% del total. Aunque estas pernoctaciones descendieron en un 7,4%, el notable incremento del 12% en las pernoctaciones de residentes extranjeros evidencia la capacidad de la región para diversificar su base de turistas.

La tarifa media diaria por habitación alcanzó los 112,02 euros, lo que representa un aumento del 6,7% respecto al año anterior. Este crecimiento, aunque inferior al promedio nacional de 140 euros, sigue siendo un indicador positivo de la salud económica del sector hotelero en la región. En términos generales, los precios hoteleros en Cantabria subieron un 7,06%, una cifra que refleja la estabilidad y competitividad del destino frente a otras comunidades autónomas.

La ocupación hotelera en Cantabria se mantuvo en un 61,57%, y el sector generó empleo para 3.346 personas, lo que supone un incremento del 0,5% interanual. Con una estancia media de 2,5 días, ligeramente superior al año anterior, la región demuestra que sigue siendo un destino atractivo y competitivo en la oferta turística española.

Aunque el número de establecimientos abiertos descendió un 7% y las plazas disponibles se redujeron en un 1%, con un total de 23.158, estos ajustes parecen más bien una estrategia de adaptación ante las nuevas realidades del mercado, garantizando así un servicio de calidad y una experiencia enriquecedora para los visitantes.

Comparando con otras comunidades autónomas, Baleares, Canarias y Cataluña lideraron en ocupación, pero Cantabria se mantiene resiliente y en crecimiento en el contexto de la España Verde.

En definitiva, Cantabria sigue siendo un pilar en el turismo español. Pese a los desafíos que enfrenta el sector, los datos reflejan una región dinámica, que continúa ajustándose a las circunstancias sin perder su esencia ni su atractivo. Con un enfoque en la calidad y la diversificación, el turismo cántabro sigue mirando al futuro con optimismo y determinación.