El 4 de octubre se celebra en todo el mundo la fiesta de San Francisco de Asís, una de las figuras más influyentes en la historia de la Iglesia Católica. Fundador de la Orden Franciscana, Francisco de Asís es conocido por su profundo amor por la naturaleza, los animales y por su vida de pobreza radical y devoción a Dios. Nació en Asís, Italia, en 1181 o 1182, en el seno de una familia acomodada. Desde su juventud, mostró inclinaciones hacia la vida social y militar, pero una enfermedad y una experiencia de cautiverio lo llevaron a una conversión espiritual profunda que cambió el curso de su vida.

Uno de los aspectos más fascinantes de su vida fue su incansable deseo de predicar el Evangelio, incluso en territorios peligrosos. Es célebre su encuentro con el sultán de Egipto durante la quinta cruzada, en el que intentó convertir al gobernante musulmán al cristianismo, mostrando su valentía al entrar en lo que muchos consideraban "la boca del lobo". A pesar de no lograr su objetivo, se ganó el respeto del sultán, saliendo indemne de aquel encuentro.

Un hecho menos conocido, pero igualmente audaz, fue su paso por Barcelona alrededor del año 1214, durante su viaje a Santiago de Compostela. Francisco llegó a la ciudad catalana con la intención de cruzar hacia Marruecos, entonces un país completamente musulmán, con el deseo de evangelizar y, quizás, alcanzar el martirio. En su breve estancia en Barcelona, se hospedó en un hospital de peregrinos junto al mar, un lugar que con el tiempo se convertiría en el Convento de San Francisco, uno de los núcleos franciscanos más importantes de la ciudad.

Después de su paso por Barcelona, San Francisco continuó su peregrinación por España, visitando ciudades como Castrojeriz, Palencia y Sahagún, donde, según la tradición, realizó varios milagros. Su viaje por la Península Ibérica es recordado no solo por sus acciones, sino por la huella espiritual que dejó en los lugares por los que pasó.

San Francisco es también reconocido por haber iniciado la tradición del belén navideño. Según la leyenda, alrededor de la Navidad de 1223, quiso recrear el nacimiento de Cristo de una manera que permitiera a las personas sentir más de cerca el evento. Esta costumbre se extendió rápidamente y sigue siendo una parte importante de la celebración navideña en muchos lugares del mundo.

Francisco murió el 3 de octubre de 1226, pero su legado perdura. Fue canonizado apenas dos años después de su muerte, en 1228, por el Papa Gregorio IX. Su vida, dedicada a la humildad, la caridad y la devoción a Dios, lo ha convertido en uno de los santos más queridos y respetados de la Iglesia Católica. San Francisco de Asís es también el patrono de los animales y del medio ambiente, un reconocimiento a su profundo amor por todas las criaturas de Dios y su compromiso con la preservación de la naturaleza.