El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reafirmado este viernes su firme rechazo al cupo catalán y a cualquier fórmula de financiación autonómica basada en el acuerdo entre el PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa. Tras reunirse con Pedro Sánchez en Moncloa, en el marco de las consultas sobre la financiación autonómica, Page no dudó en plantear sus preocupaciones y objeciones.

En su rueda de prensa, Page fue contundente: "La riqueza de España es de todos", señaló, subrayando que la redistribución de la riqueza no puede dividirse por territorios. Además, destacó que la Constitución deja claro que la soberanía nacional implica que todos los españoles tienen derecho a los recursos de la nación. "Castilla-La Mancha no se apropia de su riqueza, al igual que Cataluña no puede apropiarse de la suya. La riqueza es nacional", recalcó.

El líder castellano-manchego, conocido por su posición crítica dentro del PSOE, reiteró que las negociaciones con aquellos que buscan la ruptura de la unidad de España atentan contra la igualdad. "No se trata de que todos tengamos más, sino de que ninguno consiga más que el resto a costa de los demás", afirmó, refiriéndose a las pretensiones de Cataluña de obtener un trato fiscal privilegiado.

Page también criticó duramente la idea de "trocear" la política fiscal en 17 partes y cuestionó el concepto de solidaridad tal como lo presentan los independentistas, que, según él, es un camuflaje para la pretensión de algunos de apropiarse de la riqueza nacional. Hizo hincapié en que la sanidad, educación, servicios sociales y dependencia representan el 90% del gasto autonómico, y que no puede haber privilegios en áreas tan cruciales.

Sin mencionar directamente a Cataluña, Page dejó claro que las riquezas de las regiones no pueden atribuirse solo a esas comunidades, sino que son el fruto del esfuerzo de generaciones de españoles. En su opinión, las pretensiones independentistas son un ataque directo al modelo constitucional y federal de España. Además, advirtió que los regímenes fiscales especiales del País Vasco y Navarra deberían sentirse amenazados por los objetivos de los independentistas catalanes.

En cuanto a la forma de abordar el debate sobre la financiación autonómica, Page propuso que el Gobierno no presente una propuesta cerrada, sino que abra un debate multilateral con todas las comunidades autónomas. Aunque reconoció que el Consejo de Política Fiscal y Financiera es el órgano adecuado para discutir la financiación, destacó que cualquier acuerdo debe contar con un amplio consenso entre las comunidades.

Sobre el próximo congreso del PSOE en noviembre, Page alertó de que si se pretende adaptar la doctrina del partido para alinearla con el acuerdo entre el PSC y ERC, significaría que lo firmado en Cataluña es contrario a los principios actuales del PSOE. "Eso sería abordar los debates de forma incorrecta", aseguró, aunque expresó su confianza en que habrá un debate profundo dentro del partido.

Por otro lado, Page aprovechó para reiterar su desacuerdo con la posible reforma de la ley de seguridad ciudadana con el apoyo de Bildu. En un comentario sarcástico, dijo: "Si tuviera que redactar mañana una ley de lucha contra incendios forestales, al último al que llamaría sería a un pirómano". En cuanto a la amnistía, indicó que confía en que el Tribunal Constitucional permita a las autonomías presentar recursos contra esta medida. "Sería realmente llamativo que no se permita siquiera revisar los recursos presentados", concluyó.