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El Diario de Cantabria

POLITICA

El PSOE inventa bulos para tapar su corrupción

El enfrentamiento entre PSOE y PP entra en una nueva fase con acusaciones mutuas y amenazas de comparecencias en el Congreso y el Senado
Pedro Sánchez y Feijóo durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. / EP
Pedro Sánchez y Feijóo durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. / EP
El PSOE inventa bulos para tapar su corrupción

La política española sigue sumida en un clima de enfrentamiento feroz, con los dos principales partidos, PSOE y PP, protagonizando un cruce de acusaciones que amenaza con trasladarse a las comisiones de investigación del Congreso y el Senado. Esta vez, el PSOE ha encontrado su objetivo en Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición, al poner bajo la lupa los contratos adjudicados por la Xunta de Galicia a Eulen, la empresa donde trabaja Micaela Núñez, hermana de Feijóo.

El Partido Socialista ha dejado claro que no piensa quedarse de brazos cruzados ante lo que consideran una posible situación de tráfico de influencias y trato de favor. Así lo expresó la portavoz socialista, Esther Peña, quien lanzó una advertencia: "Si los indicios de información privilegiada y trato de favor son ciertos, exigimos explicaciones. Si no, será el PSOE el que se pondrá manos a la obra para velar por los impuestos pagados por gallegos y madrileños". Esta amenaza se traduce en la intención de los socialistas de llevar a Feijóo a declarar en la comisión de investigación del Congreso sobre los contratos de la pandemia, centrando sus preguntas en los 54 millones de euros que la Xunta ha adjudicado a Eulen en los últimos 15 años, de los cuales 37 millones corresponden al período en que Feijóo fue presidente.

El PP se defiende: "Tapaderas falsas"

Desde las filas del Partido Popular, la reacción no se ha hecho esperar. La vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, ha calificado las acusaciones socialistas como "tapaderas falsas" y un intento burdo de desviar la atención. Según Fúnez, el PSOE busca "distraer a la opinión pública" de los verdaderos problemas del país y de las investigaciones que acechan al propio Gobierno y a su entorno más cercano.

El caso que el PSOE quiere desempolvar ahora no es nuevo. Los contratos de la Xunta con Eulen ya han sido objeto de escrutinio en el pasado, pero los socialistas parecen dispuestos a reavivar la polémica, en un momento en que las relaciones entre las principales fuerzas políticas están marcadas por una creciente beligerancia.

Ojo por ojo: el PP y el caso Begoña

El PSOE, por su parte, no está actuando en un vacío. Desde antes del verano, el Partido Popular tiene en su punto de mira al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien planean citar en la comisión del Senado que investiga las actuaciones del Ejecutivo durante la pandemia, en particular, el papel de su esposa, Begoña Gómez, en posibles contratos irregulares.

El PP había decidido postergar la comparecencia de Sánchez hasta que se obtuvieran más datos que pudieran incriminarlo o, al menos, generar suficientes dudas sobre la transparencia de sus actos. Sin embargo, los populares han dejado la puerta abierta para llamar a Begoña Gómez a declarar si consideran que es necesario. Este "ojo por ojo" entre los dos partidos evidencia que, en la política española, los ataques personales y las investigaciones a figuras familiares se han convertido en una táctica habitual para ganar terreno en la batalla política.

El caso de Begoña Gómez ya había causado revuelo anteriormente cuando el Gobierno y varios ministros lanzaron acusaciones contra Feijóo y su pareja, Eva Cárdenas, sobre una supuesta subvención a la empresa Sargadelos durante el mandato de Feijóo en Galicia. La historia, difundida por el diario Infolibre, resultó ser falsa y tuvo que ser retractada, lo que debilitó la credibilidad de los ataques del Gobierno y dio munición a Feijóo para acusar al PSOE de difundir bulos.

Un pacto no escrito roto por la guerra política

El actual cruce de amenazas y la posibilidad de que tanto Sánchez como Feijóo sean llamados a declarar contrasta con un pacto no escrito que, según se especula, existió entre PSOE y PP para evitar precisamente este tipo de ataques personales en las comisiones de investigación. Cuando se constituyeron estas comisiones, ninguno de los dos partidos incluyó en sus listas iniciales a sus líderes ni a sus familiares directos. Sin embargo, la escalada de tensión ha llevado a ambos partidos a romper esta tregua tácita.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respondido con aparente tranquilidad a la posibilidad de ser llamado al Senado, asegurando que está "encantado" de comparecer si así lo decide el PP. No obstante, también lanzó una advertencia velada al afirmar que si los populares deciden llevar a su esposa al Senado, será "su responsabilidad". Estas palabras dejan entrever que Sánchez no tomará a la ligera ningún ataque contra su entorno familiar.

¿Quién desenfundará primero?

El escenario político se perfila tenso y con un desenlace incierto. ¿Será el PSOE el primero en llamar a Feijóo al Congreso o el PP quien cite a Sánchez en el Senado? La vuelta del verano promete ser un momento clave, con ambos partidos sopesando sus opciones y preparando sus estrategias. Lo que está claro es que las relaciones entre PSOE y PP están en un punto de no retorno, donde cualquier gesto puede desencadenar una nueva ofensiva.

Con la crisis económica y social aún latente, muchos observadores temen que este tipo de "guerra sucia" no haga más que distraer a los líderes políticos de los problemas reales que afectan a la ciudadanía. Sin embargo, en un clima tan polarizado, parece que tanto PSOE como PP están dispuestos a seguir utilizando todas las herramientas a su disposición, incluyendo las más controvertidas, para debilitar al adversario.

En medio de este panorama, la política española se encamina hacia un otoño caliente, donde las comisiones de investigación pueden convertirse en escenarios de confrontación directa entre los principales líderes del país. La gran pregunta es si esta estrategia será efectiva para alguno de los dos partidos o si, por el contrario, acabará por erosionar aún más la confianza del electorado en sus representantes. Lo que parece seguro es que el conflicto está lejos de terminar, y las próximas semanas serán cruciales para determinar quién lleva la delantera en esta lucha sin cuartel.

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