Hasta seis federaciones del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) están ejerciendo presión sobre el presidente Pedro Sánchez para que convoque una reunión sobre el pacto fiscal. Las federaciones de Extremadura, Madrid, Castilla y León, Castilla La Mancha, Aragón y Asturias han solicitado una reunión con el secretario general del partido, mientras algunos sectores advierten que la brecha abierta con Cataluña tendrá consecuencias.

En Ferraz, sede del partido, la situación se describe como una "bomba con un temporizador". Estas seis federaciones están insistiendo para que se convoque una reunión para discutir el pacto fiscal. El acuerdo que Sánchez cerró con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), a cambio de la investidura del socialista Salvador Illa en Cataluña, está generando tensiones internas en el partido. Algunos dirigentes han expresado su preocupación: "Si hay rebelión será social... más de militantes y de cuadros", afirmó uno de ellos.

El secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, ha solicitado a Sánchez que convoque el Consejo de Política Federal para "dialogar y definir" una postura conjunta sobre la financiación autonómica. Gallardo explicó que Ferraz aún no ha enviado a las federaciones territoriales el documento oficial del acuerdo con Cataluña.

En total, hasta ocho dirigentes territoriales han manifestado su descontento con los términos del acuerdo difundido por ERC y apoyado por Sánchez. Los líderes en Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, Madrid, Castilla y León, y Murcia se oponen a la idea de privilegiar a Cataluña por encima del resto. Especialmente críticos son Emiliano García-Page y Javier Lambán, enfrentados abiertamente a Sánchez. La tensión entre Page y Sánchez está en su punto más alto, con Page afirmando: "hasta aquí" y buscando un movimiento de contestación interno.

Incluso el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, miembro de la Ejecutiva y considerado afín a Sánchez, ha elevado la voz para reclamar igualdad de condiciones competenciales y de financiación para su comunidad. "Si este acuerdo posibilita un Ejecutivo con Illa al frente me siento mucho más tranquilo y satisfecho. A partir de ahí, lo que pueda tener de incidencia directa o indirecta en Andalucía o en otros territorios concierne a otros socialistas que no vamos a permanecer callados".

Desde algunos sectores del socialismo español se advierte que la brecha abierta por Sánchez con Cataluña tendrá consecuencias en toda España y en todo el PSOE: "Todo irá 'in crescendo'. Pero nada será precipitado". No se espera un golpe de barones, pero sí un goteo continuo que provocará un debate interno fuerte que las fuentes consultadas prevén para después del verano, amenazando con agitar las aguas en otoño.

La confirmación de un "cupo catalán" similar al vasco y navarro ha puesto en alerta a casi todas las federaciones socialistas. Estas se verían perjudicadas por este tratamiento "singular". "Es una vergüenza", expresan fuentes de una federación. No pueden creer el nuevo movimiento de Sánchez de aceptar un concierto que había sido descartado por el Gobierno central. Los cambios de opinión son frecuentes en Sánchez, recuerdan irónicamente en otra baronía socialista.

Pedro Sánchez no ha dado detalles sobre el contenido del pacto, limitándose a calificarlo de "magnífico". Según ERC, el acuerdo supone un concierto económico para Cataluña y su salida del régimen fiscal común. "Estamos dando un paso en la federalización de nuestro estado autonómico, eso es incuestionable", defendió el líder socialista en su balance de fin de curso.

El PSOE promovió en su día dos declaraciones políticas en Granada y en Barcelona en las que expresó su deseo de transformar el sistema autonómico en un modelo federal completo. Sin embargo, ese fervor se ha diluido en los últimos años, ya que ni siquiera aparecía en sus programas electorales. El Gobierno no ha precisado cómo resolverá la aparente ruptura de la igualdad fiscal que implica el trato con los socialistas catalanes.

Sánchez es consciente de que los problemas que lo rodean, como los casos que afectan a su esposa, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez, están avivando los focos de contestación interna en el PSOE. El último congreso federal, el 40, se celebró en octubre de 2021. Los estatutos permiten convocar el siguiente entre el tercer y cuarto año desde el anterior. Por eso, algunas fuentes sitúan el próximo gran cónclave socialista este otoño.

Los socialistas salieron del último congreso, en teoría, reunificados. La última gran renovación de Gobierno de Sánchez, en julio de 2021, sacó de la primera línea a Iván Redondo, colocando a Óscar López como jefe de gabinete, un movimiento visto como un intento de reconciliación con el núcleo duro del PSOE y de olvidar la ruptura entre el 'sanchismo' y el viejo aparato socialista.