Marín, que dominaba el encuentro con un marcador de 21-14, 10-6, tuvo que retirarse tras un desafortunado incidente que reavivó sus recurrentes problemas de rodilla.

Una prometedora semifinal truncada por la lesión

Carolina Marín, cuarta en el ranking mundial, comenzó el partido con fuerza y determinación, ganando el primer set 21-14 y llevando una ventaja de 10-6 en el segundo set. Sin embargo, la tragedia golpeó cuando la onubense cayó al suelo llevándose la mano a la rodilla, visiblemente afectada. Aunque intentó continuar tras ser atendida y colocarse una rodillera, el dolor fue demasiado y Marín, entre lágrimas, se vio obligada a abandonar el partido.

La china He Bing Jiao, número seis del mundo, se enfrentará ahora a la surcoreana An Se Young por el título olímpico. An Se Young aseguró su lugar en la final tras vencer a la indonesia Gregoria Mariska Tunjung en un duro enfrentamiento (11-21, 21-13, 21-16).

Un torneo impecable arruinado por la mala fortuna

Antes de la lesión, Marín había tenido un torneo impecable, ganando todos sus partidos y posicionándose como una fuerte candidata al oro olímpico, que habría sido su segundo tras el conseguido en Río 2016. Esta lesión marca otro golpe devastador para Marín, quien ya se perdió los Juegos de Tokyo 2020 debido a una lesión de rodilla.

Dominio y desgracia en la pista

El partido comenzó con Marín tomando la iniciativa y consiguiendo una ventaja significativa antes del intermedio del primer set (10-6). La presión constante y los errores no forzados de Jiao permitieron a la española acercarse a la victoria con un parcial de 6-0 (16-7). Aunque Jiao respondió con un 5-0, Marín mantuvo su fortaleza mental y ganó el primer set (21-14).

El segundo set comenzó de manera prometedora para la española, con un rápido 3-0 y una ventaja consolidada (10-6). Fue en este punto cuando la rodilla de Marín cedió, reviviendo las pesadillas de sus anteriores lesiones. Aunque intentó seguir jugando con una rodillera, dos puntos después, tuvo que retirarse del partido, llorando desconsoladamente.

Despedida emotiva y reconocimiento al esfuerzo

A pesar del dolor, Marín rechazó la silla de ruedas ofrecida para abandonar la pista y se marchó pidiendo perdón a los aficionados españoles presentes en el pabellón Porte de la Chapelle, quienes compartieron su tristeza. La campeona en Río 2016 se despide de París sin medalla, pero con la admiración de todos por su valentía y determinación.

El destino ha sido cruel con Carolina Marín, una deportista que ha demostrado una y otra vez ser una de las mejores en su disciplina. Su sueño olímpico se ha visto truncado nuevamente, pero su espíritu y lucha en la pista seguirán siendo un ejemplo para todos.