En un combate disputado en la icónica pista tenística Philippe Chatrier, reconvertida en un escenario de boxeo de altos vuelos, el marbellí no pudo imponerse a la superioridad física y técnica de su rival.

Un combate desigual desde el inicio

Desde el primer campanazo, Jalolov dejó clara su intención de dominar el ring. El uzbeko, que llegaba a la final con un historial intimidante, usó su mayor envergadura y potencia para mantener a Ghadfa a raya. El español, de tan solo 25 años, intentó establecer su ritmo, pero se encontró con un muro en cada intento de acercarse a su rival.

El primer asalto fue una demostración de la precisión y el control de Jalolov, quien golpeó con fuerza y precisión dentro de la guardia de Ghadfa. Los cinco jueces no tuvieron dudas y otorgaron el primer round al uzbeko con puntuaciones de 10-9 y 10-8 en algunos casos, reflejando la clara ventaja del favorito.

Ghadfa, que hasta ese momento había mostrado gran valentía y técnica a lo largo del torneo, parecía sorprendido por la potencia de Jalolov. A pesar de un intento tardío de cambiar el rumbo con un golpe certero en los últimos segundos del asalto, el español no logró hacer mella en la confianza del uzbeko.

La desesperación de Ghadfa ante un rival impenetrable

El segundo asalto comenzó con un Ghadfa que intentó tomar la iniciativa, consciente de que necesitaba arriesgar para revertir la situación. Sin embargo, Jalolov se mostró imperturbable, bloqueando y esquivando con una habilidad que parecía dejar sin opciones al español.

A medida que avanzaba el asalto, quedó claro que el uzbeko no solo era un boxeador con potencia, sino también con una táctica bien definida. Cada intento de Ghadfa por acercarse fue contrarrestado con contragolpes precisos, que le hicieron ganar nuevamente el asalto con puntuaciones unánimes de 10-9.

Para entonces, la situación era crítica para Ghadfa. El oro se escapaba poco a poco de sus manos y el uzbeko ya tenía una ventaja considerable, lo que hizo que el tercer asalto fuera, en gran medida, una formalidad.

Un tercer asalto sin sorpresa y el oro para Jalolov

El tercer y último asalto sirvió más como un espectáculo para la audiencia que como una verdadera competición. Consciente de su ventaja, Jalolov no se arriesgó más de lo necesario, mientras que Ghadfa, aunque mostró su espíritu combativo, ya no tenía fuerzas para revertir el marcador.

El uzbeko volvió a imponerse en las tarjetas, con puntuaciones de 10-9 y 10-8 en algunas papeletas, sellando así su victoria y confirmando su hegemonía en la categoría de los superpesados. Ghadfa, por su parte, aceptó con deportividad la derrota y se quedó con una merecida medalla de plata, la primera para España en esta categoría desde hace años.

Una velada de boxeo olímpico de alto nivel

Más allá del combate por el título de los +92 kg, la noche fue testigo de otros emocionantes enfrentamientos en la Philippe Chatrier. En la categoría femenina de -57 kg, la taiwanesa Yu-ting Lin se alzó con el oro tras derrotar a la polaca Julia Szeremeta por un claro 5-0.

La final masculina de la misma categoría vio cómo el también uzbeko Abdumalik Khalokov se impuso al kirguís Munarbek Seiitbek Uulu, también con una victoria contundente de 5-0. Khalokov demostró ser un boxeador completo, capaz de dominar a su rival en cada faceta del combate.

Finalmente, el último combate de la noche, correspondiente a la categoría femenina de -75 kg, tuvo como protagonista a la china Qian Li, quien se llevó el oro al vencer por 4-1 a la panameña Atheyna Bibeichi Bylon. Li fue capaz de combinar velocidad y potencia para superar a Bylon, asegurando así el primer lugar del podio.

Ghadfa: un futuro prometedor a pesar de la derrota

A pesar de la derrota, Ayoub Ghadfa ha demostrado ser uno de los boxeadores más prometedores de España. Su actuación en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde alcanzó la final en una categoría tan exigente como los +92 kg, es una señal de que su futuro en el boxeo profesional podría ser brillante.

Con tan solo 25 años, Ghadfa tiene tiempo para aprender y mejorar. La experiencia de haber compartido ring con un boxeador de la talla de Jalolov, y en una final olímpica, será sin duda un aprendizaje valioso para el marbellí. Su espíritu de lucha y su habilidad técnica le auguran un camino ascendente en el boxeo internacional.

Un balance positivo para el boxeo español

Con la medalla de plata de Ghadfa, el boxeo español sigue sumando éxitos en el panorama internacional. Aunque no se logró el oro, la presencia de Ghadfa en la final olímpica es un reflejo del buen momento que atraviesa el boxeo en España, con jóvenes talentos que prometen seguir dando alegrías en los próximos años.

El camino de Ghadfa en París 2024 ha sido ejemplar, y aunque el sueño dorado se escapó ante un rival superior, el futuro del boxeador español y del boxeo nacional parece estar más brillante que nunca.

El deporte español, y en particular el boxeo, sigue demostrando que tiene mucho que ofrecer en el escenario olímpico. Ghadfa es la prueba de que con trabajo duro y dedicación, los sueños pueden estar al alcance de la mano, incluso en las categorías más duras del deporte mundial.