El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, emitió una advertencia severa en la que señaló que Israel responderá de manera contundente a cualquier agresión en su contra, sin importar su origen. Esta declaración surge como reacción a las afirmaciones de Irán, que expresó su intención de llevar a cabo un ataque en respuesta al asesinato de Ismail Haniye, líder del grupo Hamás, ocurrido la semana pasada en Teherán.

Netanyahu enfatizó que cualquier acto de agresión contra Israel tendría repercusiones significativas. "Haremos pagar un alto precio a cualquiera que intente agredir a Israel", afirmó. Este mensaje subraya la posición firme del gobierno israelí ante posibles amenazas externas.

Por su parte, Irán reiteró su postura, asegurando que posee el derecho legal de tomar represalias por el asesinato de Haniye. El portavoz de la diplomacia iraní, Naser Kanani, declaró: "Consideramos nuestro derecho a defender nuestra seguridad nacional, nuestra soberanía y nuestra integridad territorial como un derecho incontestable". Además, insistió en que "Irán tiene legalmente el derecho de castigar" a Israel por la muerte del líder de Hamás.

Estas declaraciones se producen en un contexto de tensión creciente entre ambos países, con Irán acusando a Israel de ser responsable de la muerte de Haniye y prometiendo una respuesta adecuada. Mientras tanto, Israel se prepara para posibles represalias, reafirmando su compromiso con la defensa de su territorio y ciudadanos.