Las pretemporadas están para reencontrarse con el balón pero también con la rutina diaria de entrenamiento y esfuerzo físico. Es un tiempo en el que el preparador físico adquiere una importancia fundamental porque es el que ha de diseñar el trabajo estival a desarrollar para que los futbolistas adquieran el fondo físico necesario para afrontar una temporada que, en Segunda División, es más larga de lo habitual porque, de partida, tiene cuatro partidos más. Si, además, el equipo es capaz de clasificarse para el playoff, que sería motivo suficiente para lanzar fuegos artificiales y que tocaran Marta Sánchez, Bertín Osborne y OBK en la plaza del Ayuntamiento, la historia sería aún más larga. Y hay que estar preparados.

El máximo responsable de la preparación física del Racing sigue siendo Xavi Arnedo, que ya llegó al equipo verdiblanco hace doce meses de la mano de Guillermo Fernández Romo. Ambos hablan el mismo idioma, quieren lo mismo y coinciden a la hora de diseñar un plan para conseguirlo. No creen en largas y duras sesiones de entrenamientos veraniegos, sino en reducir los tiempos a cambio de poner más intensidad. Es una dinámica que comenzó en la pretemporada pasada y que tuvo continuidad durante la temporada. Y nadie puede dudar de que al equipo le fue bien. Es cierto que cuando los resultados acompañan todos son más guapos, fuertes y rápidos y uno se cansa menos, pero lo cierto es que el conjunto cántabro demostró llegar más y mejor al final de los partidos en la segunda mitad del campeonato. Y eso le sirvió para sumar puntos.

Los primeros días de pretemporada se parecen poco a los añejos. Muerte al fútbol moderno, dicen algunos. No todo es malo en esa modernidad. Ya no se ven barrigas a la vuelta de vacaciones ni rostros desencajados por las primeras carreras. Quizá por eso no haya que programar entrenamientos tan duros como los de antes. Como recuerda Arnedo, «los futbolistas cada vez vienen mejor porque cada vez trabajan mejor durante el verano». En concreto, precisa que, aunque las dos primeras semanas de asueto sí que se dedican al descanso tras todo un curso al máximo nivel, en las dos últimas «ya empiezan a trabajar». Y él está satisfecho con el resultado porque considera que los hombres que están hoy en día a las órdenes de Fernández Romo tienen un tono físico «espectacular».

Cada uno de ellos tenía deberes que hacer enviados por él mismo. Y el preparador físico del Racing está satisfecho con el cumplimiento de ellos porque se aprecia bien que los han hecho «perfectamente». Durante todas las vacaciones, mantiene un contacto frecuente con ellos. Desde el inicio lo tuvo con los que seguían del curso pasado mientras que los fichajes recibían su llamada «en cuanto firmaban para ponerse a trabajar». A partir de ahí, ya es responsabilidad de cada uno, desde su casa o desde el lugar que eligió para pasar las vacaciones, hacer caso a las demandas o no. Y la respuesta, al parecer, ha sido buena.

No sólo lo ha sido porque así lo hayan dictaminado la báscula y las diferentes pruebas a las que sometieron a la plantilla el primer día de trabajo, sino por lo vislumbrado hasta la fecha en cada sesión de trabajo. Xavi Arnedo confiesa que tanto él como el resto del cuerpo técnico están «sorprendidos por el ritmo de entrenamiento que están manteniendo los jugadores en esta primera semana». No se lo esperaban, no entraba en sus planes. Su reconocida intención era «ir de menos a más» pero están comprobando cómo, de partida, el equipo ya ha ido con una marcha más de la programada. «Estamos trabajando mucho con la intensidad que ponen los propios futbolistas en el entrenamiento y está siendo muy alta», confirma.

En el fútbol en blanco y negro o con las pantallas pixeladas, el balón no se tocaba en pretemporada hasta varios días después de abrirse el telón. Eso ya no pasa. No sucede ni con Guillermo Fernández Romo ni con ningún entrenador. Al fútbol se juega con la pelota y ésta está muy presente en el terreno de juego desde el mismísimo punto de partida. Como recuerda Arnedo, el mismo entrenador madrileño pide comenzar con «un trabajo con balón» al que después añaden «un trabajo de carrera». De partida, a ese «trabajo aeróbico se le quita el trabajo muscular porque puede ser dañino al principio, ya que la gente sí que no viene con el ritmo de aceleraciones, frenadas etc. que sí tendrá luego».

Hay que ir poco a poco. Cada paso está pausado para, precisamente, prevenir lesiones. Y es este un punto donde también acertó el Racing la campaña pasada porque durante la pretemporada no perdió a nadie por el camino y durante el curso sólo se dieron varias roturas musculares de las que es imposible librarse. Quizá a eso ayude ese paso previo que dan los jugadores en el gimnasio antes de salir al terreno de juego. Acuden al mismo después del desayuno, el cual comparten en el comedor de las instalaciones Nando Yosu, y, una vez vestidos de corto, realizan esos trabajos «de activación todos juntos» bajo techo. Ahí trabajan «la movilidad y más tarde la fuerza, que supone una labor más específica y personal de cada futbolista en función de sus características».

Comienza ya la segunda semana de entrenamientos y en seguida, mañana mismo, está programado el primer partido de pretemporada, que sirve para ausentarse de la rutina y también para que, como repite Mikel Martija en cada aparición pública, él mismo y el entrenador puedan ver cómo está cada integrante de la plantilla y qué carencias puede haber. Cuando, como en este caso, ya se vislumbra uno de esos ‘bolos’ veraniegos, el preparador físico sueñe añadir «más carga de trabajo los primeros días de semana para, conforme se vaya acercando el día del partido, ir bajándola». El objetivo es que los futbolistas «no lleguen tan cansados y sí pueden afrontarlo frescos para que el partido pueda servir para ver cosas».