Si te apasiona la naturaleza y el senderismo, Cantabria es el lugar perfecto para disfrutar de numerosas rutas que atraviesan paisajes variados, desde la costa hasta el interior montañoso. Aquí te presentamos una selección de 7 rutas circulares de senderismo en Cantabria, ideales para explorar los rincones más hermosos de la región. Estas rutas no solo ofrecen la oportunidad de descubrir lugares nuevos, sino que al ser circulares, te permitirán regresar al punto de partida sin repetir el camino.

1. Canal de las Tejeras

En pleno corazón de una de las áreas más industrializadas de Cantabria, el Canal de las Tejeras ofrece una sorprendente experiencia natural. Este sendero, que atraviesa el Monte Brazo, está lleno de pequeños saltos de agua y pozas rodeadas de un denso bosque. Durante el recorrido, se puede disfrutar de vistas espectaculares sobre los Valles de Iguña, Buelna y Anievas. La primera parte de la ruta incluye vadear un río, por lo que es importante tener en cuenta el nivel de agua para evitar posibles complicaciones.

2. Senda costera de Prellezo

Ubicada a solo 3 kilómetros de San Vicente de la Barquera, la Senda costera de Prellezo es uno de los secretos mejor guardados de la costa cántabra. Este paseo, ideal para quienes buscan tranquilidad, bordea impresionantes acantilados con vistas al mar Cantábrico. La senda es poco transitada, lo que permite disfrutar de una experiencia más íntima con la naturaleza. Es perfecta para aquellos que quieran explorar la costa lejos de los senderos más concurridos.

3. Cascadas de Esles

Esta ruta es perfecta para los amantes de las cascadas y el senderismo en un entorno tranquilo. Las Cascadas de Esles y otros pequeños saltos de agua ofrecen un gran atractivo visual a lo largo del camino. La ruta discurre a través de un bonito hayedo y ofrece vistas panorámicas del entorno. Es una ruta sencilla y muy recomendada para quienes desean disfrutar de un día rodeado de naturaleza y agua en movimiento.

4. Robles Milenarios de Bustillo del Monte

En el entorno de Bustillo del Monte, esta ruta destaca por la presencia de más de 60 robles centenarios, algunos de ellos con más de 500 años de antigüedad. A lo largo del recorrido, los caminantes pueden maravillarse con tres impresionantes ejemplares conocidos como “Los Abuelos del Bosque”, robles milenarios que guardan siglos de historia. Esta ruta es un viaje al pasado a través de la majestuosidad de estos gigantes vegetales.

5. Hayal de Aloños

Situado en la cuenca alta del río Pisueña, el Hayal de Aloños es una ruta sencilla pero llena de encanto, ideal para hacer en familia. Durante el recorrido, los caminantes encontrarán antiguas cabañas pasiegas, pequeños saltos de agua y una vista panorámica del Valle del Pisueña. En épocas pasadas, la madera de estos hayedos se utilizaba para la construcción de barcos, lo que añade un toque histórico a la experiencia.

6. Sendero de Fuente Clara

El Sendero de Fuente Clara es una de las rutas más accesibles y agradables para disfrutar del Parque Natural del Saja-Besaya. Esta ruta comienza en el pintoresco pueblo de Bárcena Mayor, uno de los más antiguos y bonitos de Cantabria. El sendero transcurre por un paisaje dominado por robles, castaños, acebos y pinos, y ofrece unas vistas magníficas. Es una opción perfecta para cualquier época del año, ya que cada estación añade un encanto diferente a este entorno natural.

7. Bosque pintado de Valdeolea

El Bosque pintado de Valdeolea es una joya oculta en Cantabria, un lugar que muchos desconocen a menos que hayan recorrido la Ruta de los Menhires, que coincide en parte con este sendero. En este recorrido, los caminantes no solo pueden admirar los árboles pintados con vibrantes colores, sino también visitar dos antiguos menhires y la solitaria Iglesia de Santa María la Real, situada en una colina con vistas impresionantes del valle. La mezcla de naturaleza y arte hace de esta ruta una experiencia única en Cantabria.

Estas rutas circulares de senderismo en Cantabria ofrecen una maravillosa manera de explorar la diversidad paisajística de la región, desde sus costas hasta sus valles y montañas. Cada una de ellas esconde su propio encanto, permitiendo a los senderistas conectar con la naturaleza y descubrir la riqueza cultural e histórica que caracteriza a esta comunidad autónoma.