Lo que prometía ser una mañana tranquila en el tradicional Mercado de los jueves de Torrelavega se convirtió en una experiencia amarga para una vecina de la localidad. Durante su visita al mercado, fue víctima del robo de su cartera, un incidente que, según su relato, no solo la dejó sin dinero ni documentos, sino que también la sumió en una frustrante batalla contra la inacción y la desidia de las fuerzas de seguridad.

Un Robo Rápido y Sutil
El mercado de Torrelavega, conocido por su afluencia de público y su ambiente vibrante, se transformó en un escenario de robo a plena luz del día. La vecina, quien prefiere mantener su anonimato, cuenta cómo fue empujada ligeramente mientras revisaba una prenda en uno de los puestos. "Estaba mirando ropa, y de repente sentí que una señora me empujó. No le di mayor importancia en el momento, pero luego un señor que estaba cerca me dijo que me habían robado la cartera. Él estaba observando a esas dos mujeres y me advirtió que tuviera cuidado con ellas", relata con evidente frustración.

Según los testigos, las dos mujeres que se acercaron a la víctima tenían aspecto de etnia gitana o rumana, lo que llevó a las personas presentes a sospechar de sus intenciones. "Me dijeron que parecían gitanas o rumanas, y que actuaban de manera sospechosa, pero todo sucedió tan rápido que apenas tuve tiempo de reaccionar", recuerda la víctima.

La Desaparición de la Cartera y la Frustración Inmediata
La víctima inmediatamente se percató de la desaparición de su cartera, que contenía 180 euros en efectivo, su DNI, el carnet de conducir y varias tarjetas bancarias. "Acababa de sacar dinero del banco, iba a darles un poco a mis hijas por motivos personales, y de repente, todo había desaparecido", lamenta. La sensación de desamparo fue instantánea, y su primera reacción fue dirigirse al puesto de la policía más cercano para denunciar lo ocurrido.

Un Vía Crucis Burocrático: La Larga Espera para Poner la Denuncia
Lo que debería haber sido un proceso sencillo y directo para reportar el robo se convirtió en un verdadero calvario para la afectada. "Me dirigí de inmediato a la Policía Nacional para presentar la denuncia, pero cuando llegué, me dijeron que volviera más tarde porque estaban ocupados con otro caso", recuerda con frustración. Lo que siguió fue una serie de intentos fallidos para formalizar la denuncia.

"Volví en varias ocasiones, pero siempre me decían que no podían atenderme en ese momento. Me sugirieron que esperara unos días para ver si aparecía la cartera, pero yo quería poner la denuncia de inmediato porque necesitaba mi documentación y también para poder cancelar las tarjetas bancarias", explica. Sin embargo, cada intento de lograr que se tomara en serio su caso resultó infructuoso. "Sentí que me estaban dando largas, que no tenían ninguna intención de ayudarme. Simplemente no querían hacer su trabajo", agrega con evidente molestia.

Una Experiencia de Desamparo y Frustración
La incapacidad de las autoridades para atender su caso no solo la dejó sin sus pertenencias, sino que también le generó una profunda sensación de desamparo. "El mayor disgusto no fue perder el dinero o los documentos, sino darme cuenta de que la ley no me protegía. Me sentí totalmente desamparada y sin respaldo alguno", confiesa. La vecina expresa su decepción por la falta de respuesta y de empatía por parte de las autoridades. "No vi a ningún policía en el mercado, y cuando finalmente logré hablar con ellos, parecía que no tenían ganas de trabajar. Es increíble cómo te pueden ignorar cuando más los necesitas", señala.

La Sospecha sobre las Carteristas
Aunque la víctima no pudo identificar a las ladronas de manera definitiva, describe las advertencias que recibió de otros compradores en el mercado. "Me dijeron que probablemente eran gitanas o rumanas, pero no estoy segura. Solo sé que eran dos mujeres que actuaron muy rápido", comenta. Días después, fue contactada por la Guardia Civil para intentar identificar a las sospechosas mediante fotografías, pero confesó que todo sucedió tan rápido que le resultaba imposible hacer un reconocimiento certero.

La Respuesta de la Guardia Civil: Un Rayo de Esperanza
Después de varios intentos fallidos de presentar su denuncia en la Policía Nacional, la vecina decidió acudir a la Guardia Civil, donde finalmente recibió la atención que buscaba. "En la Guardia Civil me trataron mucho mejor. Me dijeron que volviera más tarde porque estaban ocupados, pero al final me aceptaron la denuncia y me ayudaron a tramitar todo lo necesario", comenta, mostrando cierto alivio. "Aunque el proceso fue largo y frustrante, al menos en la Guardia Civil sentí que alguien se tomaba en serio mi situación", agrega.

Un Problema Sistémico en el Mercado de Torrelavega
Este caso no es único en el mercado de Torrelavega. Otros residentes han reportado robos similares, lo que pone de relieve un problema sistémico de seguridad en la zona. "He escuchado que hay más gente a la que le ha pasado lo mismo. Es una vergüenza que no haya más vigilancia en un lugar tan concurrido", opina la víctima. La falta de presencia policial en el mercado y la aparente indiferencia de las autoridades ante estos robos es motivo de preocupación para muchos vecinos.

Reflexión Final: La Necesidad de Mejorar la Seguridad Ciudadana
El robo en el mercado y la subsiguiente respuesta policial subrayan la necesidad urgente de mejorar la seguridad en zonas públicas y de garantizar que las fuerzas del orden respondan de manera efectiva a las necesidades de los ciudadanos. "No solo se trata de recuperar lo perdido, sino de sentir que estás protegido, que alguien te respalda cuando te pasa algo así", concluye la vecina.

Este incidente en el mercado de Torrelavega es un recordatorio de la importancia de una vigilancia activa y una respuesta rápida por parte de las autoridades, para asegurar que todos los ciudadanos puedan realizar sus actividades diarias con confianza y seguridad. La experiencia de esta vecina pone de manifiesto las áreas que necesitan mejorar para que los ciudadanos se sientan verdaderamente protegidos en su propia comunidad.