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El Diario de Cantabria

TURISMO

La desconexión ferroviaria, fue un golpe para la hostelería y el turismo de Cantabria

El corte del tráfico ferroviario durante agosto no solo afectó la movilidad en Cantabria, sino que también asestó un golpe a la hostelería | Su presidente es rotundo el "corte en el servicio ferroviario es un problema que influye tanto en la cantidad de turistas, como en la calidad del servicio”

Varias personas sentadas en la terraza de la Casita de Bombas en Santander. / CUBERO
Varias personas sentadas en la terraza de la Casita de Bombas en Santander. / CUBERO
La desconexión ferroviaria, fue un golpe para la hostelería y el turismo de Cantabria

El verano de 2024 será recordado como uno de los más complicados para la economía de Cantabria, especialmente para el sector de la hostelería y el turismo. La decisión de Adif de cortar las conexiones ferroviarias con la Meseta durante todo el mes de agosto ha tenido un impacto devastador en la región. Lo que se planteó inicialmente como una medida temporal para acelerar las obras de duplicación de vías entre Renedo de Piélagos y Guarnizo y continuar con las obras del AVE en Castilla y León, se convirtió en un verdadero obstáculo para la llegada de turistas a Cantabria.

El corte ferroviario no solo generó molestias para los residentes y viajeros habituales, sino que también provocó una ola de cancelaciones en hoteles, hostales y otros alojamientos turísticos de la región. Según datos de la Asociación de Hostelería de Cantabria, muchos turistas que planeaban visitar la región en agosto optaron por cancelar sus reservas al enterarse de que no podrían llegar en tren, un medio de transporte fundamental para quienes buscan comodidad y accesibilidad.

Eduardo Lamadrid, presidente de la Asociación de Hostelería, subrayó que agosto es el mes más crítico para el sector, no solo por la afluencia de turistas nacionales, sino también por la llegada de visitantes de otras partes de Europa que suelen elegir Cantabria como destino vacacional. "Este corte ha sido un golpe duro, especialmente para los pequeños negocios que dependen en gran medida del turismo estacional," comentó Lamadrid. "Muchos turistas, al conocer la falta de conexiones ferroviarias, simplemente decidieron no venir."

El turismo internacional también se vio gravemente afectado. Cantabria, que en los últimos años ha visto un aumento en la llegada de turistas extranjeros, especialmente de Francia, Reino Unido y Alemania, sufrió una caída en estas visitas debido a la falta de opciones de transporte. Las conexiones ferroviarias con la Meseta no solo facilitan la llegada de turistas desde Madrid y otras ciudades españolas, sino que también sirven como un enlace crucial para aquellos que viajan desde el extranjero y prefieren evitar el transporte aéreo.

Gema Igual, alcaldesa de Santander, fue clara en su crítica a la medida tomada por Adif, señalando que "la desconexión en un mes tan crucial como agosto ha afectado negativamente la imagen de la ciudad y de la región en su conjunto. Hemos perdido turistas que quizás no vuelvan a considerar Cantabria como un destino viable."

No solo los alojamientos turísticos han sufrido las consecuencias. Restaurantes, bares, y comercios en general han visto una disminución en el número de clientes, lo que ha llevado a una caída en las ventas durante un mes que suele ser uno de los más lucrativos del año. En lugares emblemáticos como Santillana del Mar, Comillas, y San Vicente de la Barquera, los comerciantes reportan una reducción significativa en la afluencia de turistas, afectando sus ingresos en un periodo en el que suelen hacer la mayor parte de su facturación anual. "El mes de agosto es crucial para nosotros," dijo un restaurador en Santillana del Mar. "Dependemos de los ingresos de este mes para sobrevivir el resto del año. La falta de turistas ha sido devastadora."

El impacto del corte ferroviario ha tenido un efecto dominó en la economía local. Los sectores que dependen indirectamente del turismo, como las agencias de viaje, los proveedores de alimentos y bebidas, y los servicios de transporte local, también han sentido el golpe. La reducción en el número de turistas ha significado menos ventas, menos contratos y, en algunos casos, la necesidad de reducir personal o cerrar temporalmente.

Ahora que los trenes vuelven a circular, queda la pregunta de cómo y cuándo podrá recuperarse el sector. Adif y Renfe han asegurado que las obras eran necesarias para mejorar la infraestructura ferroviaria y evitar problemas mayores en el futuro, pero para los afectados, el daño ya está hecho. La confianza en las conexiones ferroviarias se ha visto comprometida, y muchos turistas podrían dudar en volver a elegir Cantabria como su destino de vacaciones, al menos en el corto plazo.

El Gobierno de Cantabria tomó cartas en el asunto y ha trabajado estrechamente con el sector turístico para desarrollar estrategias que ayuden a mitigar el impacto de este verano caótico. Sin embargo, las pérdidas económicas ya sufridas son difíciles de recuperar, y el sector se enfrenta a un desafío monumental en los próximos meses.

El corte ferroviario de agosto de 2024 ha dejado a Cantabria no solo aislada físicamente, sino también económicamente debilitada. La hostelería y el turismo, pilares fundamentales de la economía regional, han sido los grandes perjudicados, y el camino hacia la recuperación será largo y complicado. Con los trenes de vuelta en las vías, la región deberá trabajar arduamente para reconstruir su imagen como un destino turístico confiable y para garantizar que los errores de este verano no se repitan en el futuro. 

La desconexión ferroviaria, fue un golpe para la hostelería y el turismo de Cantabria
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