Este encuentro coincidía con la visita frustrada de Rodríguez a España, ya que su entrada estaba prohibida en la Unión Europea debido a sanciones impuestas por su vinculación con el régimen de Nicolás Maduro.

Según fuentes cercanas a Aldama, el encuentro estaba previsto para el 21 de enero de 2020, un día después de la llegada de Delcy Rodríguez a Madrid. La agenda organizada por Aldama incluía una anotación que indicaba: "21 pm cena en la casa todos con sorpresa", en referencia a la reunión que se iba a celebrar en una residencia diplomática venezolana. Esta propiedad, según las mismas fuentes, sigue operativa en Madrid y es utilizada por el régimen de Maduro para organizar reuniones discretas.

Sin embargo, la reunión fue cancelada cuando se percataron de las sanciones que impedían a Delcy Rodríguez ingresar en territorio europeo. La situación generó gran tensión en el Gobierno español, ya que, según las comunicaciones reveladas, el propio Pedro Sánchez estaba al tanto del encuentro y aprobó que el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, mantuviera un encuentro con Delcy Rodríguez. Sin embargo, según Sánchez, desconocía que Rodríguez tenía prohibida la entrada a la UE. Este hecho desató una polémica política cuando se supo que Ábalos se reunió con Rodríguez en el aeropuerto de Barajas, lo que supuso una violación de las sanciones internacionales impuestas por la UE.

La visita de Delcy Rodríguez a España tenía como objetivo presionar al Gobierno de Sánchez para que rebajara el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Guaidó había sido reconocido un año antes, en febrero de 2019, por el Gobierno español como líder legítimo de Venezuela en medio de la crisis política que enfrentaba al régimen de Maduro con la oposición. A pesar de la visita de Delcy, cuando Guaidó llegó a Madrid pocos días después, Sánchez evitó recibirlo, lo que fue interpretado como un gesto de distanciamiento hacia el líder opositor. En su lugar, la ministra de Exteriores, Arantxa González Laya, fue la encargada de recibir a Guaidó en un evento de perfil bajo, mientras que el PP organizó un recibimiento más amplio con figuras como Pablo Casado, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida.

El papel de Víctor de Aldama en esta trama es clave, ya que, además de organizar la visita de Delcy Rodríguez, mantenía una relación cercana con ella. Según los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Aldama estaba involucrado en la compra de 104 barras de oro venezolano valoradas en más de 60 millones de euros. Las comunicaciones interceptadas por la UCO revelan la estrecha confianza entre ambos y sugieren que el objetivo de la visita era negociar temas relacionados con las sanciones a Venezuela y facilitar la colaboración comercial entre ambos países, según informa The Objective.

En una carta de invitación remitida por Ábalos a Rodríguez, y redactada por Aldama, se especificaban temas de interés, como las posibilidades de que Venezuela pudiera salir de las sanciones internacionales y la promoción de elecciones democráticas en el país. También se mencionaba la necesidad de discutir cuestiones humanitarias, como el acceso a medicinas y alimentos, lo que habría servido como justificación en caso de que la reunión se hiciera pública.

El hecho de que Pedro Sánchez saludara efusivamente a Delcy Rodríguez en julio de 2023 durante una cumbre entre la UE y América Latina en Bruselas, a pesar de que las sanciones seguían vigentes, reavivó las críticas sobre la relación del Gobierno español con el régimen de Maduro. A pesar de las restricciones, Rodríguez fue invitada de manera excepcional a esta cumbre y Sánchez no solo la saludó, sino que le dio dos besos, lo que fue captado por las cámaras y generó controversia tanto en España como en el ámbito internacional.