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El Diario de Cantabria

RESTAURANTES CANTABRIA

El plato que ha puesto a Santander en el mapa gastronómico: ¡te sorprenderá lo que es!

Agua Salada, en Santander, es un restaurante que combina tradición y modernidad de una manera única, respetando los productos locales y de temporada mientras introduce toques internacionales que elevan cada plato
Uno de los platos del restaurante. / Agua Salada
Uno de los platos del restaurante. / Agua Salada
El plato que ha puesto a Santander en el mapa gastronómico: ¡te sorprenderá lo que es!

El norte de España es un paraíso tanto para los amantes de la naturaleza como para los aficionados a la buena gastronomía. Desde sus impresionantes playas hasta sus verdes paisajes, esta región ofrece escenarios que deslumbran durante todo el año. Pero además, es conocida por su cocina rica en sabores auténticos y productos locales de alta calidad, lo que convierte al norte, y en especial a Cantabria, en un destino culinario de referencia.

Santander, la capital de Cantabria, es un claro exponente de esta tradición gastronómica, donde conviven mar y montaña para dar lugar a una oferta culinaria única. Desde pescados frescos como el bonito, lubinas y sardinas, hasta guisos potentes como el cocido montañés y carnes excepcionales, la gastronomía de Santander ofrece una amplia gama de sabores. No podemos olvidar sus dulces típicos como la quesada y los sobaos pasiegos, que completan la experiencia gastronómica.

Agua Salada, ubicado en pleno corazón de Santander, es uno de los restaurantes más apreciados de la ciudad, tanto por los locales como por quienes la visitan. Dirigido por la pareja formada por Carlos García y Pilar Montiel, este restaurante ha logrado consolidarse como una parada imprescindible para los amantes de la buena gastronomía. El enfoque de Agua Salada se basa en una combinación de tradición y modernidad, con una clara influencia de la cocina de bistró francesa, pero con una sólida base en productos locales y de temporada.

Desde que abrió sus puertas, Agua Salada ha captado la atención por su estilo fresco y desenfadado, sin dejar de ser elegante. La decoración del local, con suelos de mármol, detalles vintage y un ambiente acogedor, refleja una estética de lujo accesible, lo que ya prepara a los comensales para una experiencia culinaria cuidada pero sin pretensiones exageradas. Es un restaurante que se siente cómodo en su piel, y que ha logrado que su nombre figure en la prestigiosa Guía Michelin, gracias a su distinción Bib Gourmand, lo que destaca su excelente relación entre calidad y precio.

El concepto de la cocina en Agua Salada es uno de sus mayores atractivos. Carlos García, a cargo de los fogones, se esfuerza por respetar los productos de temporada y locales, pero también incorpora técnicas y sabores internacionales de manera sutil y armoniosa. Esto permite que la carta sea variada y sorprendente, con opciones que reflejan el ingenio y la habilidad del chef para jugar con texturas y contrastes de sabores.

Entre los platos más destacados del restaurante, se pueden encontrar innovaciones como:

  • Helado de mostaza inglesa: Un plato que sorprende por la combinación de lo dulce con lo picante, jugando con las expectativas del comensal.
  • Verduras al wok con leche de coco, manzanilla y café: Un plato con influencias asiáticas donde las verduras de temporada cobran protagonismo, elevadas por el toque aromático de la manzanilla y el contraste sutil del café.
  • Salmón marinado con wasabi y naranja: Un equilibrio perfecto entre la frescura del pescado, el picante suave del wasabi y el toque cítrico de la naranja.
  • Ravioli de cigalitas: Una opción que mezcla la delicadeza del marisco con la pasta fresca, donde las cigalas son el ingrediente estrella.
  • Curry rojo con merluza y langostinos: Un plato más atrevido, en el que los sabores potentes del curry rojo abrazan el pescado fresco, ofreciendo una experiencia gustativa única.
  • Mollejas salteadas con setas: Un ejemplo perfecto de cómo Agua Salada respeta los productos tradicionales, pero los reinventa con técnicas modernas y guarniciones que realzan los sabores.

Uno de los aspectos que hacen que Agua Salada sea tan especial es la opción de pedir medias raciones, lo que permite a los comensales probar una mayor variedad de platos y compartir la experiencia gastronómica con sus acompañantes. Esta opción hace que la carta se sienta más accesible y dinámica, y que cada visita al restaurante sea diferente, permitiendo explorar distintas combinaciones de sabores en cada ocasión.

El ambiente del restaurante también juega un papel crucial en su éxito. Pilar Montiel, quien gestiona el comedor con una atención al detalle impecable, ha creado un espacio donde la hospitalidad y el servicio cercano se suman a la experiencia culinaria. El trato es personalizado, y el equipo está siempre dispuesto a guiar a los comensales a través de la carta, ofreciendo sugerencias basadas en los gustos personales o en las recomendaciones del día.

El hecho de que Agua Salada haya sido reconocido tanto por la Guía Michelin con el Bib Gourmand como por la Guía Repsol, que también lo ha recomendado, es una clara señal de que el restaurante ha encontrado su lugar en la escena gastronómica de Santander. Sin embargo, lo que realmente distingue a Agua Salada es su capacidad para ofrecer una experiencia de alta cocina sin caer en el elitismo. Aquí, el lujo no está en los precios, sino en la calidad del producto, la creatividad en la cocina y la dedicación en el servicio.

Es un lugar ideal tanto para quienes buscan una experiencia gastronómica sofisticada como para aquellos que simplemente desean disfrutar de una buena comida en un entorno acogedor y desenfadado. Con su propuesta culinaria diversa y su enfoque en las medias raciones, Agua Salada invita a los comensales a disfrutar, compartir y explorar una cocina que, sin duda, deja una huella duradera.

El plato que ha puesto a Santander en el mapa gastronómico: ¡te sorprenderá lo que es!
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