La costa oriental de Cantabria es un lugar que combina la belleza de la naturaleza salvaje, playas doradas y una gastronomía que te conquista desde el primer bocado. Esta ruta gastronómica que recorre localidades como Bareyo, Ajo, Meruelo y Noja, te permitirá disfrutar de paisajes inolvidables mientras descubres los mejores platos que ofrecen los sabores del Cantábrico.

El recorrido comienza en Noja, conocida no solo por sus impresionantes playas como Ris y Trengandín, sino también por su deliciosa oferta culinaria. En Noja, el Restaurante La Económica destaca por sus platos tradicionales con un toque moderno. Con un menú degustación que puede alcanzar los 45 euros, este lugar ofrece una experiencia gastronómica única.

Otra opción es el Restaurante Hotel Las Olas, donde los pescados del Cantábrico, las paellas y mariscos son los protagonistas. Con sus impresionantes vistas al mar desde una terraza acristalada, este restaurante es ideal para quienes buscan una comida relajada frente a la costa.

Siguiendo la ruta, llegamos a Bareyo, cuya capital, Ajo, es famosa por su faro y playas. Aquí, el Restaurante Labu es un referente de la cocina tradicional marinera, con especialidades como las mariscadas, arroces y carnes de temporada. Su famosa hamburguesa de vaca frisona y el puding de cabracho son algunos de los platos estrella que no te puedes perder. El precio del menú especial ronda los 36 euros.

Para completar esta experiencia gastronómica, el pequeño municipio de Meruelo es el broche de oro. En el Restaurante Alameda, en San Mamés de Meruelo, el chef Alberto Criado, conocido como el "Chef del bonito", sorprende a sus comensales con su cocina innovadora basada en el bonito del norte. Platos como el tataki de bonito con ajoblanco, el taco de bonito marinado, o los chipirones con alioli de ajo negro son algunos de los favoritos que deleitan los paladares más exigentes.

Recorrer Cantabria a través de sus paisajes y detenerse en cada una de estas localidades no es solo una oportunidad para disfrutar de su belleza natural, sino también para saborear una gastronomía que honra los productos del mar y la montaña. Desde los frescos mariscos hasta los guisos tradicionales, esta ruta se convierte en una experiencia inolvidable que hará las delicias de cualquier amante de la buena mesa.