La icónica voz profunda y seductora de Kris Kristofferson ha dejado de sonar para siempre. A los 88 años, el legendario cantante, compositor y actor falleció en su hogar en Maui, Hawái, el pasado sábado. La noticia fue confirmada por su familia en la madrugada del lunes, aunque no se han especificado las causas exactas de su muerte. Se sabía, sin embargo, que desde los 70 años sufría problemas de memoria. Su carrera en la música y el cine dejó una huella imborrable, con éxitos que van desde "Me and Bobby McGee," inmortalizada por Janis Joplin, hasta su participación en películas tan recordadas como "Ha nacido una estrella," junto a Barbra Streisand, o la saga de "Blade".

Kristofferson fue uno de los grandes nombres del country y su influencia trascendió géneros. Además de escribir éxitos como "Sunday Mornin' Comin' Down," popularizada por Johnny Cash, y "Help Me Make It Through the Night," dejó un legado artístico que lo llevó al Salón de la Fama del Country. Su música capturaba el dolor, la redención y las vidas marcadas por el exceso, temas que le dieron un carácter único en la industria.

Antes de convertirse en una leyenda de la música, Kristofferson tuvo una vida tan diversa como fascinante. Nacido el 22 de junio de 1936 en Brownsville, Texas, fue hijo de un general de la Fuerza Aérea y, siguiendo los pasos de su padre, se unió al ejército, donde alcanzó el rango de capitán. Pero su corazón estaba en la música, y decidió abandonar una prometedora carrera militar para perseguir su sueño en Nashville, capital del country.

En la década de 1970, Kristofferson se consolidó como una estrella tanto en la música como en el cine. Con su voz de barítono, conquistó a millones de fans y fue premiado con varios Grammys. En 1976, su actuación junto a Barbra Streisand en el remake de "Ha nacido una estrella" le valió un Globo de Oro, consagrándolo también como actor.

Su vida personal estuvo marcada por excesos, relaciones fallidas y una lucha constante por encontrar el equilibrio. Confesó en varias entrevistas que gran parte de su vida la pasó bajo los efectos del alcohol, aunque finalmente abandonó el licor después de que un médico le advirtiera que estaba poniendo en riesgo su vida.

En los años 80 y 90, Kristofferson se unió a otras leyendas del country como Johnny Cash, Willie Nelson y Waylon Jennings para formar el supergrupo Highwaymen, que cosechó un gran éxito tanto en ventas como en giras. Su influencia en la música country es incuestionable, y hasta sus últimos días, seguía siendo una figura reverenciada, especialmente por nuevas generaciones que han redescubierto su música.

El legado de Kris Kristofferson no se limita a su música. Fue un activista comprometido, defensor de causas como la de los Trabajadores Agrícolas Unidos y un crítico vocal de la intervención militar de Estados Unidos en Centroamérica durante los años 80. A pesar de los problemas de salud que enfrentó en sus últimos años, incluido un deterioro cognitivo, su música y su arte permanecen vivos.

En más de una ocasión, Kristofferson expresó su deseo de que su epitafio incluyera los versos de una canción de Leonard Cohen que, de alguna manera, encapsulan su vida:

"Como un pájaro en el alambre, / como un borracho en un coro de medianoche, / he intentado a mi manera ser libre."