El Gobierno español ha dejado de apoyar a Iberia en su intento de adquirir Air Europa, generando preocupación en el aeropuerto de Barajas. El grupo IAG siente que sus competidores, como KLM-Air France o Lufthansa, han recibido respaldo gubernamental que ellos no han obtenido. La fusión de Iberia con Air Europa tenía el potencial de convertir a Barajas (Madrid) en un centro de operaciones aéreas comparable con Schiphol (Ámsterdam), Charles de Gaulle (París) o el aeropuerto de Frankfurt, algo que la dirección de IAG considera beneficioso para los consumidores, la región y el país. Sin embargo, según fuentes cercanas a la compañía, sus rivales han ganado debido al impulso gubernamental que ellos no han recibido.

IAG ha optado por no valorar públicamente el tema. Sin embargo, según fuentes, la dirección liderada por Luis Gallego siente que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para asegurar el éxito del acuerdo con la familia Hidalgo. El equipo de IAG ha trabajado con los organismos reguladores, las empresas y las administraciones española y europea para cumplir con todos los requisitos regulatorios solicitados.

IAG estaba dispuesto a renunciar al 52% de Air Europa para cumplir con estos requisitos, mediante un acuerdo con la aerolínea de bajo costo Volotea y el grupo latinoamericano Abra, propietario de Avianca y Gol. IAG presentó este acuerdo a Bruselas, proponiendo ceder rutas, vuelos domésticos e internacionales desde y hacia España, como argumento para obtener la aprobación.

Sin embargo, estas concesiones no han sido suficientes para crear un escenario favorable. Holanda, Alemania y Francia han trabajado para frenar esta amenaza a sus empresas estratégicas como Air France-KLM y Lufthansa. Desde IAG se percibe que el Gobierno español no ha hecho un esfuerzo similar para consolidar a este 'campeón nacional' y convertir a Barajas en un centro de referencia internacional.

Además de la oportunidad perdida, está el rescate de Air Europa. La compañía fue rescatada por el Gobierno durante la pandemia con un préstamo de 615 millones de euros debido a su situación económica debilitada. Esta inestabilidad financiera persiste y se esperaba que se resolviera con la integración en IAG, lo que permitiría afrontar la deuda con el Estado. Este rescate ha sido cuestionado en 2024 debido a las presuntas relaciones empresariales entre la esposa del presidente y la familia Hidalgo.

En Barajas existe preocupación por la posibilidad de otro comprador. IAG iba a controlar cuatro de las seis principales aerolíneas por número de pasajeros en vuelos nacionales en Barajas (Vueling, Air Europa, Iberia e Iberia Express). A la espera de sus acuerdos con Volotea y Avianca, controlaría el 57% de los vuelos de Madrid-Barajas. La estrategia de IAG era colaborar con Barajas para conectarlo con cualquier parte del mundo de forma directa gracias a la ausencia de competencia entre sus principales aerolíneas.

Esta alianza era especialmente significativa para la conexión de Europa con Latinoamérica, donde Air Europa e IAG tienen las mejores cifras de negocio. También abriría oportunidades para competir con Air France-KLM en África y ser más eficientes en vuelos de largo alcance a Asia y Norteamérica.

El plan presentado a la CNMC, al Gobierno y a Aena era coherente en términos de competencia. La cuota conjunta de IAG con Air Europa rondaría el 39%, menor que la de sus competidores en París Charles de Gaulle, Frankfurt o Ámsterdam, permitiéndoles competir con estos gigantes.

Ahora, Air Europa es una pieza codiciada para los competidores de IAG y de Barajas. La compra de la aerolínea de la familia Hidalgo por parte de estos rivales europeos se convierte en la mejor alternativa para la compañía, abriendo la posibilidad de que Barajas pierda algunas conexiones en favor de los centros de operaciones del posible comprador. No obstante, IAG ha anunciado que retiene un 20% de Air Europa, lo que será clave para bloquear esta alternativa.