En un caso que ha conmocionado a la región, la Audiencia Provincial de Cantabria ha dictado una orden internacional de detención contra una mujer de origen rumano, quien fue condenada a seis años de cárcel por un delito continuado de estafa. La acusada, que trabajaba en un club de alterne en la región, habría estafado 922.000 euros a un cliente, un profesor jubilado, tras entablar con él una relación de supuesta amistad íntima.

Un ardid calculado

La mujer, según los hechos probados, conoció a su víctima en el año 2015 en el club donde trabajaba. Aprovechando la confianza y el conocimiento de que el hombre poseía un considerable patrimonio, urdió una serie de mentiras para obtener la mayor cantidad de dinero posible. Entre los engaños utilizados, le hizo creer al hombre que necesitaba grandes sumas para operaciones médicas, tratamientos de quimioterapia y otras situaciones familiares extremas.

Durante el período comprendido entre 2015 y 2017, la mujer recibió distintas cantidades de dinero que sumaron un total de 922.000 euros. Una vez agotados los recursos económicos de la víctima, la mujer rompió todo contacto y desapareció sin dejar rastro.

Condena y fuga

En enero de 2021, la Audiencia Provincial de Cantabria condenó a la acusada a seis años de prisión y una multa de 4.320 euros. Además, se le ordenó indemnizar a la víctima con la cantidad estafada. La sentencia fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria y, posteriormente, por el Tribunal Supremo.

Sin embargo, la mujer no fue localizada en el domicilio que había indicado para recibir notificaciones y, a pesar de los intentos de las autoridades por encontrarla, se ha mantenido prófuga. Fuentes consultadas por Europa Press indican que la condenada podría estar trabajando en clubes similares en otros países europeos.

Acción legal

Ante la imposibilidad de encontrar a la mujer en territorio nacional, la acusación particular, representada por el abogado Mario García-Oliva, solicitó este año la emisión de una orden europea de detención y entrega, la cual ha sido finalmente aprobada por la Audiencia Provincial. La Fiscalía respaldó favorablemente esta medida, dado el alto riesgo de fuga y la gravedad del delito.

El caso ha generado una gran preocupación entre los residentes de la región, especialmente por la magnitud de la estafa y la frialdad con la que la acusada manipuló a su víctima. Actualmente, las autoridades europeas colaboran en la búsqueda de la fugitiva, cuyo paradero sigue siendo desconocido.

La víctima, sin recuperación

A día de hoy, el profesor jubilado, que entregó su patrimonio confiando en las falsas promesas de la estafadora, no ha recuperado ni un solo euro del dinero perdido. La resolución judicial subraya que la cantidad defraudada es excesiva y no se corresponde en absoluto con una mera relación de servicios sexuales, como argumentaba la defensa.

Este caso es un recordatorio de las estrategias insidiosas que algunas personas pueden emplear para aprovecharse de la confianza y la vulnerabilidad de otros, dejando a sus víctimas con daños irreparables tanto en lo económico como en lo emocional.