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El Diario de Cantabria

CURIOSIDADES

Las inquietantes ruinas de la Isla de Pedrosa: El lugar más enigmático de Cantabria

A pesar de sus ruinas, la Isla de Pedrosa sigue siendo un rincón encantador de Cantabria, un lugar donde la historia y la leyenda se entrelazan para crear un escenario único, lleno de misterio y belleza natural
El sanatorio de Isla Pedrosa, un lugar con mucha historia detrás. / A.E.
El sanatorio de Isla Pedrosa, un lugar con mucha historia detrás. / A.E.
Las inquietantes ruinas de la Isla de Pedrosa: El lugar más enigmático de Cantabria

La Isla de Pedrosa, situada junto a Santander, es un lugar que ha atraído durante décadas a curiosos, aficionados a lo paranormal y a quienes buscan explorar sus ruinas llenas de historia y misterio. Su belleza natural, con una atmósfera de tranquilidad en medio de un entorno arbolado, contrasta con las historias siniestras que han marcado este lugar, anteriormente conocido como la Isla de la Astilla. La conexión con tierra firme, a través de un puente construido en 1966, facilita el acceso a este rincón encantado, pero su pasado sigue siendo fuente de leyendas oscuras.

Leyendas de la Isla de Pedrosa: Anita Lauda y las niñas pájaro

El nombre de la Isla de Pedrosa comenzó a resonar en los círculos esotéricos gracias a la escritora y experta en fenómenos paranormales, Anita Lauda. Durante una de sus visitas, Lauda afirmó haber sentido una presencia sobrenatural mientras recorría la isla. Según relató, en una sesión de ouija, se le aparecieron los espíritus de niños acompañados de una enfermera, quienes avanzaban hacia ella y sus acompañantes. Estas visiones no serían las únicas experiencias extrañas documentadas en la isla, que con el tiempo se ha convertido en uno de los puntos más enigmáticos de Cantabria.

Pero sin duda, una de las historias más populares y extrañas es la de las niñas pájaro, dos hermanas que habitaron la isla a finales de los años 60 y que padecían una enfermedad rara que, según los relatos, les confería un aspecto de pájaro. Ambas fallecieron a temprana edad, y su historia ha sido contada de generación en generación, alimentando la leyenda que rodea al sanatorio y a la isla.

El sanatorio marítimo de Pedrosa: Un refugio para los enfermos

Más allá de las leyendas, la Isla de Pedrosa tiene un pasado ligado a la medicina y al aislamiento de enfermos. Desde el siglo XIX, la isla fue utilizada como lazareto, un lugar donde se recluía a personas que llegaban a los puertos con enfermedades contagiosas como la fiebre amarilla, la viruela o el cólera. La tuberculosis, una de las enfermedades más mortíferas de la época, también afectó a muchos de los que fueron llevados a este lugar.

El proyecto de convertir la isla en un sanatorio marítimo infantil comenzó a finales de la primera década del siglo XX, y en 1910 se anunció que el lugar acogería a 200 niños procedentes de varias provincias del norte de España, con el objetivo de combatir la tuberculosis infantil. Este sanatorio fue inaugurado oficialmente en 1914 por Alfonso XIII, y a lo largo de los años se convirtió en un importante centro de tratamiento para niños afectados por esta y otras enfermedades.

El sanatorio llegó a tener capacidad para 600 pacientes en su apogeo, y acogía tanto a enfermos de tuberculosis como a niños con malformaciones óseas y otras dolencias graves. Entre sus instalaciones destacaban el pabellón María Luisa (también conocido como La Picota), dedicado a enfermos de larga estancia, y el teatro Infanta Beatriz, que daba un toque cultural a la vida en la isla.

Un lugar abandonado y cargado de misterio

Con el tiempo, la isla fue perdiendo su relevancia como centro médico, y en 1989 el sanatorio cerró definitivamente sus puertas. Desde entonces, la mayoría de sus edificios han caído en el abandono, y las ruinas de lo que fueron pabellones y salas hospitalarias han alimentado aún más su halo de misterio. Los pabellones María Luisa y el de tuberculosos se encuentran en estado ruinoso, y a pesar de su imponente estructura, permanecen vacíos y a la espera de un proyecto de restauración.

Los visitantes que se aventuran en la Isla de Pedrosa pueden caminar entre los eucaliptos y contemplar las ruinas, pero es recomendable seguir las indicaciones de seguridad que advierten de no entrar a los edificios en peligro de derrumbe. A pesar de ello, la tranquilidad y belleza natural de la isla, junto con su pasado cargado de historias, hacen de ella un lugar atractivo tanto para turistas como para aficionados a lo paranormal.

Un lugar de rehabilitación en la actualidad

Aunque gran parte de la isla se encuentra en ruinas, algunas áreas han sido rehabilitadas y actualmente son gestionadas por la Fundación Cántabra Salud y Bienestar Social. Estas instalaciones modernas están destinadas a proyectos de rehabilitación, especialmente para jóvenes con problemas de drogadicción, lo que mantiene viva la función sanitaria de la isla, aunque de manera distinta a su pasado como sanatorio.

Los paseos por la isla ofrecen unas vistas espectaculares de la bahía de Santander, y en medio de la vegetación se puede encontrar una estatua en honor a Manuel Martín de Salazar, quien fue Director General de Salud Pública durante la inauguración del sanatorio.

La Isla de Pedrosa es uno de esos lugares que, por su historia y su ambiente, generan una mezcla de fascinación y desasosiego. Las leyendas de fenómenos paranormales, como las visiones de Anita Lauda y las niñas pájaro, se combinan con el pasado real de la isla como sanatorio marítimo, creando un espacio que sigue atrayendo a aquellos interesados en lo oculto y lo desconocido.

Las inquietantes ruinas de la Isla de Pedrosa: El lugar más enigmático de Cantabria
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